martes, 30 de julio de 2013

Entrevista a Calixto Torres



FSM.- Calixto, hay en ti la doble faceta de poeta y de editor. ¿Qué fue antes?

CT.- La de poeta, desconociendo al completo que hoy por hoy seguiría con esta pasión que me hace sentir tan vivo. ¡Ya ha llovido!... Y es que te puedo contar que aún guardo algún que otro poema escrito en los últimos compases de la década de los setenta, teniendo once o doce años. Antes, cuando se desconocía internet, la tablet, el smartphone... era algo habitual que al irrumpir en el corazón los primeros amores de infancia se creaban, copiaban o aprendían del boca a boca, algunas letrillas con las que uno se identificaba e incluso ya grabadas en la memoria o con su simple lectura ayudaban a considerarte un ser agraciado y a sentirte aunque fuese en la ingenua imaginación algo correspondido. Así empezó todo, solo que de entre los más románticos de la época hubo quien cambió su chip y otros, como yo, nos mantenemos con la necesidad de poblar el papel de tinta. Mucho después irrumpió en mi vida la faceta de editor.

FSM.- Háblanos de tu poesía publicada.

CT.- Si te refieres a los libros, te diré que mis versos, los versos con los que hasta no hace tanto me he sentido plenamente identificado han sido los enfrascados en el amor y todas sus dependencias. Ya el primer poemario se publicó en el año 1995 su título Suspiros de vida; el segundo Desde el corazón de un poema vio la luz en el año 2000, ambos llevados a cabo por el Excmo. Ayuntamiento de Fernán Núñez, aunque uno de ellos fue en coedición con la Excma. Diputación Provincial; tras ello, en el 2003 surgió Romance de las voces negras (Ed. Camino) un poemario volcado plenamente en la violencia de género; en el 2007 apareció Poemas al viento (Detorres Editores). Decirte también que en el presente año como coautor participé en la enciclopedia Semana Santa de Fernán Núñez Historia, Imagen y Poesía.

FSM.- ¿Cuáles son tus poetas de referencia, aquellos por los que sientes que le debes algo como poeta?

CT.- Pues son bastantes y de muy diferentes corrientes, Góngora, Bécquer, Antonio y Manuel Machado, Rubén Darío, J. R. Jiménez, Lorca, Pablo García Baena "todo el Grupo Cántico en sí"... Últimamente estoy llevando a cabo un acercamiento bastante ilusionante a la obra de Valente y Gamoneda... y por apuntarte de fuera de nuestras fronteras Whitman, Poe, e. e. cummings, Pessoa... y otros tantos que me están aportando una visión notablemente distinta a la que tiempo atrás amparaba mis preferencias. Pero ten en cuenta que de toda lectura siempre queda algo, con todos ellos y algunos más estoy en deuda. Siempre se aprende si es lo que se pretende.

FSM.- ¿Por qué crees que se escribe poesía, Calixto?

CT.- En esta vida tan imperfecta que nos ha tocado vivir pienso que cualquiera es poeta en el desempeño de su cometido por muy esperpéntico que nos parezca. Pero en relación al poeta que me preguntas, al hacedor de versos, escribir poesía tiende a convertirse en la necesidad fundamental, en lo primordial de la existencia, pues el poeta constantemente debe, necesita exprimir sus adentros, levantar la tapadera de sus sentires y mostrar la versión de todo lo que le concierne. No se escribe poesía porque sea algo fascinante y un auditorio vitoree tu proceder, es algo irremediable. Una vez que te sientes poeta, una vez que la savia del verso se pasea por tus venas puede hasta incluso abrumar al considerarte esclavo de tus escritos. Se escribe poesía porque se necesita crear un mundo aparte donde ser uno mismo, donde exponer tus ideas y convicciones, donde sepultar tus contradicciones y mirar cara a cara a tu yo.

FSM.- Eres también un gran gestor cultural. No sólo en Fernán Núñez, tu pueblo natal, sino también en la ciudad de Córdoba. ¿Cómo empezó la idea de convertirte en editor?

CT.- No sé por qué extraña circunstancia, tiempo atrás, cuando formaba parte de la Asoc. Cultural Caños Dorados, al llevar a cabo algunas publicaciones me di cuenta de la enorme satisfacción que me ocasionaba la dicha que envolvía a cualquier autor el día de la presentación de su libro, al comprobar que sus pretensiones, su esfuerzo, su sueño, se cumplía. Pues bien, partiendo de esa base, fue todo un reto que con mucha ilusión y esperanza afronté en el año 2005 y que hasta el día de hoy mantengo, sintiendo verdadera predilección por los poetas inéditos. Esa manera de percibir el aliento y la alegría a la hora de dar vida a una nueva criatura impresa me predispone ante el acercamiento a un futuro libro y espero y deseo que ese germen que en mí bulle siga intacto.

FSM.- Si no me equivoco, primero empezaste con la magnífica colección “Tierra de poetas”. ¿Qué se pretendía con esta colección?

CT.- Pues "Tierra de poetas" es una colección abierta a los poetas de nuestra tierra, como bien detalla su nombre, ella sirvió para que mi propósito inicial de llegar a ser un humilde editor de libros cimentara cautelosamente.

FSM.- También pusiste en marcha una bellísima revista, Suspiros de Artemisa, en la que han participado cientos de poetas, y en algunos casos, de un grandísimo nivel poético. Cuéntanos.

CT.- Pues otro reto... que afloró en el año 2010 y el número 0 como recordarás, pues tú, amigo Fernando, fuiste juez y parte, lo presentamos en la previa de Cosmopoética donde ya hay quien nos considera un clásico. Hoy por hoy, como bien dices, podemos modestamente vanagloriamos de que en ella han vaciado su sentir más de un centenar de amigos de la poesía. En cada número con un carácter monográfico nos hemos volcado en poetas de la talla de Miguel Hernández, José Ángel Buesa, Juan Bernier, Vicente Núñez, Mario López, aunque también nuestras páginas han colmado sus espacios aludiendo publicaciones como el poemario Campos de Castilla de A. Machado, o tras la enorme decepción recibida al despojarnos de una manera infame de la Capitalidad Cultural 2016 nuestros poetas invirtieron su sapiencia en homenajear a nuestra Córdoba Eterna Capital Cultural. Diré que en septiembre, en la previa de Cosmopoética, verá la luz el octavo número de nuestra revista homenajeando el 125 Aniversario del nacimiento del poeta portugués Fernando Pessoa.

FSM.- Este año has puesto en marcha con un grandísimo éxito de asistencia la colección Año XIII, hermosos libros de una estética atractiva. ¿Qué es este proyecto y qué significa para ti?

CT.- Pues todo surgió mientras replanteaba el poco compromiso habido en el sector editorial por el mundo de la poesía. Si de antemano se apuesta poco por este género, tras la situación económica actual se complican aún más las coyunturas, por supuesto, ocasionado por la poca demanda habida. Con el beneplácito de poetas/amigos, se formalizó un ánimo bastante esperanzador siendo el punto de referencia este poco persuasivo 2013, año que en su transcurso ampara la publicación de los trece poemarios de los cuales al día de hoy han visto la luz ocho. Te diré que las ilustraciones de portada son obra de Joaquín Salgado y todos los actos de presentación se están desarrollando en la Sala de los Sentidos del Real Círculo de la Amistad. Sus 13 autores: Julián Cañizares Mata, José Manuel Martín Portales, Antonio Varo Baena, Antonio Monterroso, Enrique Pleguezuelo, Manuel Gahete, Rafael Peréz Castells, Jesús Urceloy, Álvaro Campos Suárez, Ramón Rodríguez Peréz, Pilar Sanabria, Antonio Luis Ginés y Calixto Torres. El significado de esta apuesta es bastante valeroso pues, como sabes y se ha pretendido, esta colección no se vuelca en distinciones generacionales concretas, está compuesta por voces plenamente comprometidas con la poesía actual, y cada una de ellas dispone de un lenguaje muy íntimo, de un sello muy personal , pero en conjunto, y esta es su grandeza, creo que podemos ofrecer al lector una visión bastante clara de panorama poético existente.

Haré constar que ante estos tiempos de insomnio y decadencia económica que nos rondan se pretendió llevar a cabo unas publicaciones cuyo PVP fuese bastante simbólico para que al lector no le resulte demasiado sacrificado hacerse con un ejemplar o con los trece poemarios de la colección.

FSM.- Calixto, en toda esta actividad de contacto con los poetas y la poesía, ¿qué has aprendido?

CT.- Pues me ha quedado claro que esto es lo mío, que si algo me hace sentirme realizado es el mundo del verso, todo el ambiente que lo envuelve, toda esa parafernalia. He aprendido que cada voz tiene su porqué, encierra su entereza, atiende a una verdad plenamente independiente merecedora del máximo respeto. Y hago hincapié en algo que ya sabía, que la amistad de un amigo no se paga con nada, lo mismo que los gestos de generosidad y aliento.

FSM.- Volviendo a la faceta tuya como poeta. Podrías darnos una definición de lo que es para ti poesía?

CT.- La poesía es un ente que envuelve, que enamora, que cautiva, que te acompaña en todo y para todo, que te obliga a recordar, que te embriaga, te adultera, te esconde, y si te consiente escribir es sombra inextinguible.

FSM.- Por favor, podrías dejarnos un poema tuyo y decirnos por qué lo has elegido.

CT.- Encantado. Porque así soy y estas son mis pretensiones.





Soy como el lazarillo

del pobre ciego;
o como Sancho Panza,
soy escudero...


Me identifico
cuando unos brazos tiernos
me dan cobijo;
mas, no preciso
los besos de unos labios
de oro macizo...


Solo pretendo,
brindarte con poemas
mis sentimientos...


martes, 9 de julio de 2013

Entrevista a Francisco Gálvez


FSM.- Eres, junto a Juana Castro y Carlos Clementson, uno de los poetas de la generación cordobesa de los 70, y que ya podemos decir mayores poéticamente hablando, reconocidos por trayectoria y obra publicada. Pero, además, al margen de la obra poética, tú has sido un gran valedor y luchador por la literatura y poesía en Córdoba, ya que has estado presente en casi todas las iniciativas literarias que aparecen posteriores a Cántico.

FG.- Bueno, no soy el único, vivir en Córdoba ayuda mucho a crear y trabajar por ella, a respirar emociones muy diversas. Es una suerte ser y vivir en esta ciudad.

FSM.- ¿Te parece que repasemos? En 1972 formas parte de los poetas cordobeses fundadores del grupo Zubia, incluso el nombre fue debido a tu propuesta, y a los pocos meses lo abandonas. En 1973 fundas la revista de poesía Antorcha de Paja (1973-1983), de clara importancia en el panorama de la poesía española de los 70. En ese mismo año junto con otros jóvenes poetas el Premio de Poesía Ricardo Molina, hoy con el añadido de Ciudad de Córdoba desde que lo acogiera el Ayuntamiento en 1993. De 1984-1986 editas y diriges las colecciones de poesía Suplementos, y de 1990-1993 la de ensayo y crítica Trayectoria de Navegantes, ambas con autores nacionales en su haber. En 1999 fundas la revista de literatura y crítica La Manzana Poética, hoy en día aún editándose, el Seminario de Poesía y el Círculo de Traducción Poética de Córdoba, actividades aún activas, y con evidentes conexiones con la poesía española. Y, finalmente, has dirigido entre los años 2005-2010 el “Aula de Poesía Córdoba 2016” del Ayuntamiento de Córdoba. Según estos hechos mencionados, pocos poetas cordobeses actuales han trabajado tanto por la poesía de Córdoba en los últimos 40 años. ¿Te sientes reconocido y querido en tu ciudad o echa en falta algunas miradas y atenciones? ¿Córdoba sigue siendo ingrata con sus hijos?

FG.- Juan Bernier en una dedicatoria de su libro En el pozo del yo en 1982, me puso lo siguiente: “A Francisco Gálvez, poeta y amigo en esta Córdoba que no comprende ni estima a nadie”. Y esa dedicatoria la he comprendido mucho más tarde, no por mi sino por él y esta ciudad. Conmigo creo que ha sido generosa, aunque, a veces, siento la falta de algunos afectos puntuales.

FSM.-, Tus primeros pasos literarios fueron Zubia y Premio Ricardo Molina, y sin embargo ambas actividades las abandonas a los pocos meses, ¿por qué esos abandonos tan inmediatos? Luego ya te defines en la revista Antorcha de Paja ¿cómo fueron aquellos años incipientes? 

F.G.- Uno es libre de elegir lo que quiere y desea en la vida y en la poesía. Y en ese sentido no encontré en aquellos mis primeros pasos locales, estéticamente hablando y en maneras de hacer las cosas, las ideas o proyectos que me parecían. Es muy simple, elegir es la palabra, a lo que todos tenemos derecho. Nada más. Lo más importante siempre es la poesía, la amistad y el entendimiento. El resto no sirve. Las cosas suceden de una manera determinada, hay una gente que sigue su propia mirada y otros la desvirtúan, allá cada uno, pero lo que vale en el tiempo es la trayectoria y obra literaria, eso lo dice todo. Sin embargo en Antorcha de Paja fue diferente.

FSM.- Eres uno de los componentes del grupo que editaron la mítica revista de poesía cordobesa “Antorcha de Paja”. ¿Cómo fue y qué significó aquella etapa y cómo recuerdas el nacimiento de la mencionada revista?

FG.- Se editó un primer número sin ánimo de continuar. Pero el azar objetivo quiso que Antorcha de Paja estuviera editándose 10 años, hasta 1983. Nunca fue un grupo, contrariamente a lo que se dice muchas veces. Fue ante todo una revista de poesía, que es cosa bien distinta, independiente, pagada y editada por los propios poetas, y con un afán de sentir y participar en el panorama de la poesía española, y también se extiende a sus colecciones anexas de libros de poesía, ensayo y crítica. Como en una ocasión dijo Carlos Clementson, fue una aventura poético-editorial. Los poetas José Luis Amaro, Rafael Álvarez Merlo y yo formamos un trío que íbamos al margen del resto, pero sobre todo fue un talante o tres, de entender la “vida y la poesía”, “amistad y poesía” en ese orden y no en otro, precisamente fueron nuestros lemas. Para nosotros hablar de poesía, lecturas y amistad fue fundamental, éramos un grupo de amigos que salían juntos, y nos importaba, como los jóvenes de cualquier tiempo, sobre todo vivir y divertirnos, pero no teníamos prisas por darnos a conocer o cualquier cosa parecida.

FSM.- Perteneces a la Generación del 70, también llamada del 68 y de la Transición. Surgir en este momento histórico,  ¿trajo con vosotros algún tipo de postulado poético o vuestro nacimiento a la actividad de la poesía nacía exenta de declaraciones identificativas? ¿Qué buscabais?

FG.- El tiempo y época en la que un poeta nace siempre señala un carácter y maneras. El poeta no vive encerrado en una torre, vive esos acontecimientos que son de todos, se siente involucrado y participa. Fue un tiempo de muchos cambios y muy pasional. Es una generación muy diversa y variada. Por otra parte, y como viene siendo habitual en este país, el término literario que sirve para señalar a un grupo de escritores no recoge a su totalidad, ni en nombres ni en estéticas, es el caso de esta generación de “poetas del 68 ó 70” o de la “transición” en relación a los “novísimos”, que en ocasiones lo acapara todo. No es la única tendencia de esta generación, incluso es la más minoritaria, aunque también la más publicitada, entre el discurso y estilo de los nacidos entre 1939 y 1953, periodo que conforma y delimita a esta generación de poetas españoles.

FSM.- Tu primer libro publicado, Los soldados, me imagino que tuvo que traerte una gran satisfacción. ¿De qué hablaba este libro y qué significó para ti?

FG.- En cualquier poeta significa mucho el primer libro, en este caso mucho más, no sé, tal vez por el momento y las circunstancias que le rodearon. Es un libro totalmente pacifista, y responde un poco a lo que antes hemos dicho de la época y el tiempo. Se gestó en los años de rebeldía y cambios en nuestro país, y de protesta en el resto del mundo por la guerra del Vietnam y otras, las protestas en EE.UU y las reiteradas conversaciones de París. En aquel tiempo muchas cosas estaban convulsas, en la prensa y televisión se podían ver imágenes horrorosas. Aquí todavía estábamos en una dictadura y el libro estuvo retenido casi un año en la imprenta de la editorial, y finalmente pudo salir a la luz y se presentó en la Librería Luque de Córdoba, en abril de 1974. Juan Bernier, Miguel Romero Esteo o Jiménez Martos, con sus críticas y reseñas fueron sus primeros valedores.

FSM.- Más tarde llegaron libros como Un hermoso invierno, Iluminación de las sombras, Santuario, Tránsito y El navegante, reunidos en Una visión de lo transitorio en 1994. Y un año más tarde vuelves a reunir esos mismos poemarios en una segunda antología de tu obra poética, esta vez en Italia y bilingüe, en el libro Fragile vaso. Luego, y ya en una segunda etapa, publicas El hilo roto. Poema del contestador automático, El paseante y Asuntos internos, hasta la fecha ¿Con la perspectiva de los años con qué libro o libros sientes que has alcanzado la dimensión a la que aspirabas como poeta?

FG.-Hay cuatro libros fundamentales en el recorrido de mi escritura: desde Los soldados, como primer libro, y sobre todo Tránsito, El hilo roto y El paseante. Algunos poetas y críticos añaden también Santuario. No ignoro al resto de los libros, pero estos tal vez han sido más puntuales en sus propuestas y claves. Pero no creo que haya que alcanzar ninguna dimensión, si eso fuera sería toda la obra del poeta.

FSM.- En este años de 2013 se han cumplido cuarenta años de la edición de tu primer libro Los soldados, y al mismo tiempo de la revista “Antorcha de Paja” que editaras, aunque en realidad son también cuarenta años en el mundo de la poesía y vida literaria, ¿cómo te sientes, has cambiado mucho en tus miradas a la vida y al mundo? La reedición de Los soldados, ha sido un hecho puntual por este aniversario.

FG.- La reedición de los soldados ha sido coincidente, ya que viene desde muy antiguo, desde la Casa del Ciprés donde los jóvenes poetas Daniel García y Mertxe Manso intentaran su reedición, pero aquello por circunstancia que no viene al caso no se llevó a cabo. Luego, tengo que agradecer a la poeta Mertxe Manso su empeño, que finalmente se ha producido en este 2013.

FSM: Tú fuiste uno de los poetas andaluces, que cantó Aguaviva en su LP “Poetas andaluces de ahora”, con Rafael Alberti a la cabeza y otros jóvenes poetas andaluces, ¿qué recuerdo guardas de ello?

FG.- Fue una verdadera experiencia y guardo un grato recuerdo de entonces, forma parte de mis primeros pasos y producto de ese mismo eco que tuvo Los soldados, época y temática se unieron.

FSM.- ¿De qué temas se ocupa tu poesía?

FG.-Ninguno de mis libros tienen la misma temática, mi poesía la considero muy diversa.  Respeto el trabajo de los que se repiten en temas y maneras emocionales, pero prefiero distintos caminos para ir avanzando. La vida, la poesía y el poeta con el tiempo viven diferentes aconteceres, y, por lo tanto, deben ir ampliando y abriendo nuevos registros. Nada tienen que ver Tránsito con El hilo roto o Los soldados con El paseante.

FSM.-Pertenece Francisco Gálvez a una línea de poetas no alineados y situados en tierra de nadie, si tomamos a la poesía española que ha ido hilvanando y construyendo una crítica española de suplementos, antologías, editoriales y campos acotados, desigual en las atenciones y coronaciones beatíficas de los poetas. Tu poesía no se encuentra en ningún lugar novísimo y tampoco de la poesía de la experiencia. Cómo consideras este aspecto?

FG.- Bueno, siempre ha existido y existe una tercera vía, por decirlo de alguna manera, evidentemente que nunca he querido, o mejor no me he sentido un poeta de ninguna de esas dos vertientes o tendencias poéticas, aunque tomo de ambas y me gustan muchos de sus poetas, pero ninguno de mis libro se puede adscribir en esas líneas poéticas.

FSM.- Eres codirector de la prestigiosa revista literaria La Manzana Poética. ¿Podrías hablarnos de esta interesante actividad?

FG.- A diferencia con la revista “Antorcha de Paja”, aquella era una revista de jóvenes poetas que comienzan, insertada y beligerante en una generación tan conflictiva y variada como los 70, y “La Manzana Poética” es una revista de literatura editada por autores ya con trayectoria literaria, y sus fines son otros y dirigida a otros ámbitos y lectores.

FSM.- ¿Cuáles son tus poetas a los que admiras, tus referentes?

FG.- Son poetas, pero también libros concretos, incluso poemas. Juan Ramón Jiménez de Un poeta reciencasado, Lorca de Poeta en Nueva York. Asimismo mi formación poética de lecturas se basa en poesía extranjera, Bertolt Brecht, Perse, Rimbaud, Lautréamont, Eliot, Paz, Dickinson, Stevens o Ashbery.. En otro orden Bachelard y Steventson. Aunque puntuales y principales, estos no son los únicos.

FSM.- Francisco, ¿qué es para ti poesía?

FG.- Es la pregunta manida y tópica que fuerza una respuesta también en ese sentido. Si yo digo “una forma y maneras de vivir” cuántos más, cientos, antes que yo, ya lo han dicho. Lo importante es conseguir escribir aquello que uno quiero decir. No sólo es publicar libros en una buena colección de poesía, premios, y que tu nombre salga en letras grades en la prensa, eso nos gusta a todos, pero forma parte de otras cosas anexas que nada tienen que ver con la poesía. Aunque desafortunadamente cierta crítica se guía por esos parámetros, únicamente.

FSM.- En poesía, ¿todo vale?

FG.- Todo vale, todo se puede decir, pero bien dicho. Partimos de malas y viciadas enseñanzas, pero no hay temas ni palabras proscritas, ni formas prohibidas. Hay quien se escandaliza con algunos autores y poemas. Pero es necesario un discurso poético más libre. Las formas y maneras, estéticas o tendencias no es lo más importante. Todo se puede poetizar.

FSM.- ¿Cómo ves el panorama poético en Córdoba en este momento?

FG.- A la vista está, hay de todo, y sobre todo mucha gente escribiendo. Diversidad de estéticas y entendimientos poéticos. Pero el número no hace la importancia.

FSM.- Desde el grupo Cántico hasta ahora han convivido una serie de generaciones poéticas, ¿por qué crees tú que otros colectivos poéticos de Córdoba y otros poetas cordobeses en solitario no han tenido esa repercusión mediática y de excelencia que se le ha concedido al grupo Cántico? 

FG.- Pienso que cada cosa tiene su lugar y tiempo. Cántico ha necesitado muchos años hasta que ha sido reconocido, cuando esto llega ya es el tiempo de otros poetas, de las siguientes generaciones, y ello resta, de alguna manera, la atención hacia otros que en esos años ya han surgido. Tampoco creo que Cántico sea una cuestión mediática. Por otra parte la poesía ya ha tomado otros rumbos, los jóvenes escriben de otra manera, y el panorama de la poesía española, para bien y también para mal, funciona con temáticas y estilos muy diferentes. De todos modos entre los poetas cordobeses posteriores a Cántico existe  un número nada despreciable y de todas las generaciones, que hoy tienen un lugar en la poesía española. Son cosas distintas.

FSM.- A partir de los años 70 han proliferado un número importante de poetas en Córdoba ¿existe boom de la poesía cordobesa?

FG.- No hay boom, yo creo que eclosión es la palabra. Boom es algo repentino, de pronto, y aquí se parte de unos hechos literarios, de una tradición poética de la ciudad, de grupos, revistas, talleres y actividades diversas. Si uno analiza los últimos cuarenta años, podemos ver claramente que en Córdoba se ha trabajado y mucho por la poesía. Otra cosa es la evolución que se ha producido desde los 70 en la poesía cordobesa, tanto en número de autores como en calidad, diversidad de estéticas y maneras de sentir la literatura. Lo más importante es que se ha abierto una puerta en la tradición cordobesa, que por otra parte no es ninguna escuela como se viene diciendo, pero que representaba demasiado peso para escribir de otra manera. Y esa puerta, aunque esto todavía no se reconoce en Córdoba, no ha calado a nivel de instituciones y tampoco de medios de comunicación, es una apertura a otras escrituras que han oxigenado el horizonte cordobés, poéticas que no se han plegado a la tradición anterior como un calco.

FSM.- En tu opinión, ¿cómo sabemos que estamos ante un buen libro de poesía? ¿Qué debe tener para que podamos decir que es un buen poemario?

FG.- Tú mismo lo dices: “un buen libro” y no un libro “bien escrito”. Hoy se publican muchos libros bien escritos. El poema debe ser un espacio de libertad y transgresión, ajeno a modas y tendencias, y siguiendo o superando los caminos recorridos. La poesía es refundación, y estamos aún en el camino de cambiar la vida, transformar el mundo. Puede ser la guía, la única, tal vez la mejor hasta el presente, para saber si un libro reúne todas las cualidades para ser un buen libro, o  sólo está bien escrito y repetido.

FSM.- ¿Un nombre de tu generación del 70?

FG.- Tres. Leopoldo María Panero, Pere Gimferrer y Luis Alberto de Cuenca.

FSM.- Para acabar, pues no quiero abusar de tu tiempo, podrías dejarnos aquí un poema tuyo y decirnos por qué lo has elegido. Muchas gracias.

FG.- La vida está llena de mensajes diarios, a los que hacemos caso o no, para acercarnos y comunicarnos mejor, y el contestador automático, el móvil, son signos de nuestro tiempo. Al mismo tiempo el teléfono se encuentra en la tradición literaria, ahí están los poemas de los futuristas, o Salinas, Cardenal, Frost, y otros. Entre otras motivaciones, este poema:

 

 

MENSAJES

 

En este momento estoy ausente,

pero puedes dejar algún mensaje

y te llamaré cuando vuelva.

Si eres el amor

llama más tarde, o tal vez otro día;

si eres la soledad

espera, pronto estaré contigo;

si eres el suicida

marca otro número, apenas queda tiempo;

si eres la muerte

elige otro destino, sólo soy una técnica;

si eres el pensamiento

abandona, este hilo no medita;

si eres la palabra

da la vuelta, aquí nadie te pronuncia;

y si eres una voz anónima

que llamas angustiada

en cualquier momento llegaré a casa:

habla después de oír la señal.

 

          De El hilo roto. Poemas del contestador automático (2001)