viernes, 27 de mayo de 2011

Entrevista a Francisco Onieva




FSM.- Francisco Onieva, eres un poeta que obtuvo un accésit del prestigioso premio Adonáis con Perímetro de la tarde. ¿Qué significó este premio en tu camino de poeta?
FO.- Ha sido mi carta de presentación. Cuando comprendí que el camino por el que transitaban mis primeros poemas no era el más adecuado, decidí, coincidiendo con la preparación de las oposiciones a Secundaria y el inicio de mi labor docente, apartarme del mundo poético cordobés y centrarme en leer y escribir, en busca de un nuevo discurso en que me sintiera más cómodo. De ahí nació la reescritura de Los lugares públicos, aparecido como cuaderno en 1998, y Perímetro de la tarde. Dicho esto, no es extraño que cuando se me concedió el citado accésit mucha gente no me conociese e, incluso, algunos que me conocían se sorprendiesen, pues me habían perdido la pista.
FSM.- Desde tu primer libro Los lugares públicos hasta ahora ¿crees que ha evolucionado tu forma de expresarte en la poesía?
FO.- Eso espero, pues el escritor que no evoluciona está muerto literariamente. Aunque mi trayectoria es corta, creo que en ella puede verse que busco la depuración lingüística, la emoción y la sugerencia, al tiempo que poco a poco tiendo a una mayor introspección.
FSM.- ¿Qué buscas en la escritura poética?
FO.- Encontrarme. Encontrar mi sitio en el mundo y definirme por las relaciones que establezco con lo que me rodea.
FSM.- ¿Cómo nació tu vocación por la poesía?
FO.- No lo sé. Desde que tengo uso de razón me recuerdo cerca de los libros. Sí tengo claro que cuando empecé a escribir con la intención de que mis versos saliesen del ámbito privado del cajón de mi escritorio fue con 17 o 18 años. En primero de Filología coincidí con Rafael Antúnez, Eduardo Chivite, Juan Antonio Bernier y Juan Carlos Reche. Aquel mismo año, 1994-1995, conocí a Raúl Alonso, Joaquín Pérez Azaústre o José Luis Rey, entre otros. El contacto con todos ellos fue muy enriquecedor.
FSM.- De todos tus poemarios publicados ¿con cuál de ellos crees que has alcanzado una mayor calidad literaria o con cuál de ellos te sientes más satisfecho y por qué?
FO.- Sin lugar a dudas, mi mejor poemario es Las ventanas de invierno, con el que conseguí el premio Cáceres Patrimonio de la Humanidad a finales de 2008. No obstante, una cadena de errores en la gestión ha llevado a que el libro aún esté sin publicarse. Es algo increíble. Un premio de este nombre no puede mancharse así; creo que el nuevo gobierno cacereño debería desatascar la situación y apostar por un libro que lleva, se quiera o no, implícito el nombre de la ciudad extremeña. Es muy doloroso sentirse, durante unos meses, ganador de un premio importante y ver cómo la entidad convocante no respeta las bases del mismo. Me presenté al premio, como dije en todas las entrevistas, para poder publicar en una editorial prestigiosa; por eso, hasta que no vea mi libro editado no volveré a sentirme ganador del premio.
FSM.- Un poeta como tú cómo se alimenta para seguir en el hálito creativo con una constancia periódica.
FO.- De lecturas, por supuesto, y de la observación de todo aquello que me rodea. Un poeta debe mirar la misma realidad que el resto de personas, pero con ojos distintos.
FSM.- ¿Te atreverías a decirnos tu propia definición de lo que es la poesía?
FO.- La poesía para mí debe caracterizarse por cuatro palabras: sencillez, sugerencia, emoción y musicalidad.
FSM.- Como profesor de un Instituto de Enseñanza Secundaria y llevando el apelativo de Poeta, porque lo eres, ¿cómo influye esto en ti y en tus alumnado?
FO.- Intento separar ambas facetas. Con los más pequeños es mucho más fácil, pues no suelen tener ni idea de que escribes. De todas formas, supongo que a quienes más puede atraerles mi condición de escritor es a los alumnos que cursan Literatura Universal en Segundo de Bachillerato, pues es la única asignatura en que podemos trabajar con más o menos seriedad sobre los textos literarios.
FSM.- ¿Hacia qué rutas crees tú que debe encaminarse la poesía en nuestro tiempo?
FO.- Todo poeta debe ser reflejo de su tiempo. La poesía es, como decía Machado, “palabra esencial en el tiempo” y, por ello, ahora debe bucear en las contradicciones del ser humano, abordando su concepción del mundo y la relación dialéctica que establece con él.
FSM.- ¿Qué te aporta a ti la poesía?
FO.- Satisfacción, por el trabajo serio y en silencio.
FSM.- Para acabar porque no quiero robarte tu tiempo, ¿podrías por favor dejarnos uno de tus poemas que más te guste y comentarnos por qué es así?
Muchas gracias por tu colaboración y desde este Paraninfo Poético te lo agradecemos enormemente.
Los poemas que considero más conseguidos están en Las ventanas de invierno, pero al no estar aún publicado no creo conveniente sacarlos a la luz. De mis dos primeros libros me quedaría con “Llegada” porque es uno de los pocos poemas amorosos que tengo y porque está dedicado a la persona que me soporta a diario.


LLEGADA

Llegas como cualquier amanecer,
mezcla frágil de sueños, frío y luz.
Desnuda te derramas suavemente
sobre la piel. Sin ruido.

Te entregas, con arena
en tus palabras,
perdiéndote en el pozo
de unos brazos que tienen la medida
de la espuma del mar.

Levantas con tus manos
castillos de papel,
pentagramas de jaras,
la marea de un charco
y las alas quebradas del deseo.

Tú, guía, que presentas el anverso
de la luz de ciudad,
la penumbra del labio amado,
que traes a los sueños
el aroma de las escurridizas
leyendas infantiles.

No bastan las cenizas que se vierten
sobre el tallo sesgado del jazmín
ni el aire que se escapa a bocanadas
por las rendijas entreabiertas
del cielo.

La vida es una torpe elipsis
y nos cuesta.

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