viernes, 20 de mayo de 2011

Toda la luna de mi boca, de Estrella Cuadrado



Estrella Cuadrado nos ha entregado su primera plaquette titulada Toda la luna de mi boca publicada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villaviciosa de Córdoba con motivo de la Feria del Libro de este año 2011. Este opúsculo viene precedido por una presentación a cargo de José Mariscal Campos, Primer Tte. Alcalde y Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Villaviciosa de Córdoba. También a manera de prólogo colaboran sus amigos poetas Fernando Calvo García y Antonio Agudelo.
La poética de Estrella Cuadrado en esta plaquette nos habla de emociones y sentimientos expresados con un lirismo tierno y melancólico, pero pletórico de alegría en algunos casos. La mayoría de sus poemas atienden a una época del pasado andaluz de su infancia en Écija, el lugar donde nació. Aunque aún niña emigró a Madrid, todavía lleva en sus venas y en su rostro el alma andaluza que nunca olvida y que se le nota que ama muy intensamente.
En los poemas se atisba rápidamente que estamos ante una poeta muy sensible que tiene mucho dentro de sí misma para dar. Los poemas están llenos de imágenes preciosas y sabiendo que la publicación de estos poemas es algo que no se esperaba y que ha sido gracias al destino que los dioses le han concedido gratuitamente es un síntoma de que se lo han regalado para indicarle el camino de algo grande que lleva dentro y que tiene que trabajar para compartir con la humanidad.

A continuación le dejamos con uno de sus poemas

ABRIL

Ven, no tardes.
Antes de que abril se acabe.
Tus caricias son rayos de sol en mis caderas.
Ven, te espero impaciente.
Mientras, el mar,
va esculpiendo lentamente las estrellas.
Hoy para ti soy amapola, en mi cuerpo,
arde toda la luz de la Toscana.
He descorchado la pasión
y en mis labios se derrama.
Vamos a brindar, pero despacio,
no te apresures.
No quieras beber de un trago
toda la luna de mi boca.
No sé cómo,
se enredó tu risa entre mi pelo,
se rompió el hilo de mi collar de perlas.
Se oyó rodar el blanco nácar por el suelo
mientras bajabas mis medias beso a beso.
Abril dejó prendido en mi cintura
un olor a lluvia y a música de tango.
Amaneció, el sol estaba rojo y dulce,
y yo…
Ven, no tardes, te espero.

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