martes, 13 de diciembre de 2011

Escritos Cubanos Incuba2, de Enrique Pleguezuelo

Ayer se presentó en el salón de actos de la Delegación Provincial de Córdoba el poemario Escritos Cubanos Incuba2, de Enrique Pleguezuelo, publicado por Ediciones depapel. El acto estuvo presidido por el editor Manuel Patiño y el poeta Pepe Cañuelo que presentó al autor.
Los poemas que forman parte de la colección Sobre Literatura son poemas escritos sobre una estancia en la isla de Cuba en donde el poeta recoge la experiencia viva de esos aspectos humanos y paisajísticos que le han conmovido, todos ellos en una mezcla de gozo interno, plasmación de la realidad cotidiana de una Cuba estancada en un tiempo que es misterio, y la propia felicidad que le proporciana un viaje inolvidable en compañía de un ser extinguido y también inolvidable, y en una tierra nueva que lo acoge con el calor inesperado que siempre necesita un viajero. Porque eso son los poemas de Enrique, los poemas de un viajero a la antigua usanza, esos viajeros que vivían, amaban y se identificaban deteniéndose en las horas o en los días precisos del suelo que pisaban para conocer mejor el lugar, su gente y su cultura, porque esa es la verdadera filosofía de la vida, detenerse en el conocimiento que nos aportan los otros, oirlos, escucharlos y crecer.
La escritura de Enrique Pleguezuelo busca dibujar las realidades de los actos, de esas escenas de la isla de Cuba que de alguna manera dejaron en él la impronta de una alucinación mediática de esos personajes o lugares que vio: imágenes, luces, amaneceres, el joven y sólido negro, las mujeres de vaivenes culos con templadas tetas, los niños morenos del malecón, la comida, las ciudades de la Habana, Santiago de Cuba y Trinidad. Y todo lleva la amalgama de la sensualidad, una sensualidad decadente como la propia Cuba, una sensualidad que brilla apagada por la tristeza de lo cotidiano y decimonónico.
He aquí uno de los poemas que conforman este hermoso, elegante y atractivo sobre librito de poemas de esta colección de ediciones de papel que poco a poco va a convertirse en una excelente colección para la historia de la poesía en Córdoba.

El malecón

La larga lengua de la bahía
despliega la sierpe que rompe
las aristas del morro.
Los niños morenos juegan
en las inmensas bocas
de los profundos y oscuros peces.
Los hombres, de pasos desvaídos,
acunan el aire de seis cuerdas,
clave y conga con delicada voz.
Apoyados en la grada, sin caña
pescan el futuro que nunca anzuela.
¿Quién entra por tu boca de caimán?
¿Quién sale por tu ano de cocodrilo?
Las mujeres de vaivenes culos
con templadas tetas
alimentan la isla como a los siglos
amamantaron
en la eterna trilogía de la historia:
tierra, raíz y fruto amargo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario