El pasado 1 de septiembre se presentó en Córdoba (España) la plaquette II Encuentro Escritores por Ciudad Juárez en el Centro Cultural Juan XXIII. Esta interesante actividad solidaria del verso contra la injusticia de la violencia fue coordinado por Ana Ibáñez y Paqui Jiménez. Y participaron los siguientes poetas: José Manuel Ballesteros Pastor, María Campo, Emilio Corzo, Carmela Cuello Guijón, Manolo Guzmán, Rafaela Hames Castillo, Ana Ibáñez Córdoba, Enrique Pleguezuelo Acedo, Paqui Jiménez Yepes, Pilar Sanabria Cañete, Fernando Sánchez Mayo y Ana Patricia Pahlén.
El movimiento escritores por Ciudad Juárez surgió tras el asesinato de la poeta y activista Susana Chávez en 2011 y cuyo objetivo es reivindicar, a través de la palabra y de la cultura, la paz y la dignidad frente a la barbarie y la apatía.
A continuación les dejamos con varios poemas de la plaquette.
LA ÚNICA VICTORIA POSIBLE
La única victoria posible
es la tela que tengo contigo
la música que te canto al oído
el nombre que te doy
la voz que te llama
la muerte que no olvido.
He visto una hilera de hormigas
cruzar el horizonte entre las piedras
luchando entre los noticiarios
venciendo a la muerte
enarbolando banderas de vida y libertad.
Paqui Jiménez Yepes
DISEMINACIONES ( A las mujeres de Ciudad Juárez )
Me he repartido en pedazos,
me he repartido entera
con hambres de geografía humanas.
He sufrido el vértigo de las demarcaciones,
de las sábanas cóncavas, de porosas noches
en correntías de un cuerpo.
Y ahora aquí y allá
víctima de lazos perturbadores,
de voraces inaniciones.
Ahora, aquí y allá en fisuras de mar,
en vitalicios desiertos disidentes.
Aquí y allá en espesores pertinaces,
en transparentes bellezas,
en contumaces mohos del recuerdo.
Aquí y allá arrojada al retrubuido exterminio
de los nombres con eco de tantos miedos.
Aquí y allá diseminada en ciénagas mortificantes,
en punitivos laberintos sin presunción de inocencia.
Aquí y allá dividida en efímeros enseres que la vida dispone.
Aquí y allá partida en realidades y tramoyas,
en parasitarias rémoras. Aquí y allá,
¿cómo no amar la acérrima dualidad de la muerte?
Pilar Sanabria
ERA EL FUTURO QUIEN VENÍA
Soñé que era el futuro quien venía por las alamedas
pintando el verde sosiego de las tardes,
que los caminos eran ríos de amor
humedeciendo el cielo de esperanza,
que en los campos crecía la clara luz del criterio
y se expandía como el fragante olor de las rosas.
Veía yo llegar a los pájaros por las rutas expeditas del aire
a beber la abundancia en los oasis del desierto
y en los pasos donde reinaba la armonía dormida de cansancio.
Era la ciudad de Juárez mirando desde lejos,
desde más allá del tiempo,
y era yo el que anhelaba vivir bajo su techo.
Fernando Sánchez Mayo
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