domingo, 27 de mayo de 2012

Entrevista a Pablo Méndez

FSM.- Pablo, eres un poeta de Madrid, y con tan solo 19 años ya publicaste tu primer libro ¿cómo empezó tu vocación literaria?
PM.- Desde siempre me gustó escribir, siempre, desde muy niño escribía aunque tengo que reconocer que cuando me cambié de colegio en 1990 mi interés por la poesía se hizo más grande, se convirtió en toda una obsesión.

FSM.- De todos tus libros publicados con cuál de ellos te sientes más satisfecho y por qué.
PM.- Los libros de uno son difíciles de evaluar, Ana Frank no puede ver la luna, me ha dado muchas alegrías, sin embargo, Una flecha hacia la nada, que publiqué en 1994 me enseñó el mundo de la literatura y me hizo conocer a muchos de los amigos que más quiero.

FSM.- Durante los años en que tú publicas tus primeros libros ¿cómo era la vida literaria en el Madrid que tú frecuentabas?
PM.- Era distinto, es posible que hubiera menos lugares pero se vivía la poesía con mayor intensidad, las veladas poéticas empezaban a las ocho y terminaban a las tantas de la madrugada, se discutía mucho, situación que a mí no me solía gustar y era todo más ardiente para lo bueno y para lo malo. Luego existían una serie de ciclos clásicos de poesía donde siempre contabas con la presencia de buenos poetas, la tertulia de Rafael Montesinos los martes en el ICI era maravillosa, siempre leía alguien interesante, el Rincón del Arte Nuevo, las noches del Nuestra Señora de África, el ciclo de la Biblioteca Nacional, las primeras sesiones de Los Viernes de la Cacharrería… eran lugares con mucha solera… ahora hay muchos sitios donde se reúnen y leen los poetas pero falta un par de ciclos largos, organizados, donde lean de la misma forma poetas nuevos y expertos.

FSM.- Podrías explicarnos cómo es tu poesía.
PM.- Uffff, hablar de mi mismo se me da fatal, yo soy un enamorado de la poesía de los demás.

FSM.- Pablo, podrías darnos una definición de lo que es para ti poesía.
PM.- Sin duda una forma maravillosa de comunicación y una manera de vivir y una manera de estar solo como dijo tan bellamente Pessoa.

FSM.- ¿Tiene la poesía alguna misión en nuestra sociedad y en nuestro tiempo?
PM.- Esta es una gran pregunta y claro yo como poeta no sé si debo tener la respuesta, la situación del país es tan complicada que puede parecer algo frívolo dejarnos llevar por la poesía, sin embargo creo que los poetas tenemos que estar cerca de nuestro tiempo y escribir, escribir lo que nos salga, lo que llevemos dentro, y publicarlo, y leerlo y hacérselo llegar a los demás y que valga siempre para saber donde estamos. El poeta tiene que no parar. Si lo que escribimos tiene una misión deben decirlos lo que la leen o los que la estudien en el futuro.

FSM.- ¿Cuándo podemos decir que estamos ante un libro de poemas de calidad? ¿Qué aspectos o requisitos debe reunir para considerarlo interesante y útil?
PM.- En poesía la calidad es un imposible. Desde luego que hay un límite, pero calidad… la calidad me parece más bien un término tecnológico, un poema que a mí me vuelve loco a otro puede parecerle una aberración. Desde un punto de vista personal yo pongo en práctica un consejo que me dio Leopoldo de Luis, un poema me gusta mucho cuando me hubiera gustado escribirlo a mí. La poesía empieza a ser interesante cuando nos hace sentir, ¿sentir qué? lo que sea, por supuesto.

FSM.- ¿Cómo ves el panorama literario español en este momento?
PM.- Al igual que el resto, la literatura se está viendo perjudicada por la crisis, hay muchas librerías con enormes problemas, se han cerrado muchas y están despareciendo bastantes premios literarios. Por tanto vivimos un momento de cambio, de adaptarse o morir. Pero por otro lado siguen surgiendo escritores buenos, se siguen publicando buenos libros y además Internet está ofreciendo la posibilidad de hacer más amplia y fácil la crítica literaria. Lo que sí creo es que la poesía es mucho mejor que la novela, en la poesía hay mayor claridad de ideas, mucha más imaginación, más continuidad… la novela la veo más estancada.

FSM.- Eres un poeta que también has escrito ensayos, y hay uno titulado “Lo que aprendí de Gloria Fuertes” donde colaboran otros poetas como José Hierro, Antonio Gala, Mills Fox Edgerton. ¿Qué aprendiste de Gloria Fuertes?
PM.- Gloria Fuertes fue una de mis mejores amigas, una mujer fantástica, genial, era muy fácil aprender de ella, quizá aprendí esencialmente a no colocar mi condición de poeta en un punto superior al de los demás sino en el mismo que ellos, ser poeta como se es portero de discoteca, limpiabotas, jardinero o juez de paz.

FSM.- En tu biografía se aprecia que has desarrollado una gran actividad relacionada con el mundo poético y literario. ¿Qué has aprendido de tus vivencias relacionadas con este mundo de la poesía?
PM.- En mis primeros años, en los noventa, hice mucha vida literaria, pasé algunos momentos muy buenos y otros no tanto, recuerdo muchas noches con Juan Carlos Mestre, Rafael Pérez Estrada, Alfonso Berrocal, Miguel Galanes, Fernando Beltrán… y otros muchos autores. Ahora me resulta mucho más difícil y no voy más que a los actos de la editorial. Creo que el mundo literario es bueno si uno sabe ponerle fin, o como siempre comentaba Fernando Beltrán, sabe entrar y salir, es bueno pasar temporadas más alejado de la sociedad y más cerca de nuestra propia literatura. Lo mejor de aquellos años el recuerdo de muchos amigos que ya no están: Pérez Estrada, Gloria Fuertes, Rafael Montesinos.

FSM.- Pablo, también eres el editor de la prestigiosa editorial Vitruvio. ¿Cómo surgió esta empresa y qué objetivos busca dentro del campo de la poesía?
PM.- Monté Ediciones Vitruvio con sólo diecinueve años, ahora que tengo treinta y siete me cuesta mucho saber como surgió todo aquello, fue como una pequeña locura que se fue haciendo cada vez más grande. Cuando le dije a Gloria Fuertes que iba a montar una editorial de poesía me dijo que estaba loco y cuando le dije que quería que el primer libro fuera suyo me dijo que tenía buen olfato y que solo debía trabajar duro, eso hice la verdad. El objetivo de la editorial es muy sencillo y el mismo desde el primer día: publicar en el mismo formato, precio y promoción libros de poetas clásicos o de elevado prestigio con autores que publican sus primeros libros. Y así lo hacemos, ahora acaba de salir publicado Áspero mundo de Ángel González, y al mismo tiempo poetas que empiezan en la literatura, Vicente Enguix, Fina Domenéch, Mario Riera.

FSM.- Has obtenido muchos premios relacionados con la actividad poética, ¿qué ha significado esto para ti?
PM.- Los premios son siempre motivo de polémica y de controversia para los poetas, yo creo que están bien pero no hay que obsesionarse. Antonio Machado no ganó ningún premio en su carrera literaria, tampoco Lorca, ni Cernuda… Juan Ramón Jiménez ganó uno, el Nobel, y en los años anteriores a la Guerra Civil también existían premios, Gerardo Diego y Alberti ganaron el Nacional de entonces como Aleixandre. Tienen una importancia muy relativa. Me parece más importante para un poeta conocer su entorno y tener la firme convicción de dar a conocer su poesía que ganar un premio.

FSM.- Para acabar y agradeciéndote tu colaboración, ¿podrías dejarnos un poema aquí abajo y decirnos por qué lo has elegido?
PM.- Este poema pertenece a mi último libro, Ana Frank no puede ver la luna, y es un homenaje a una de esas personas que fueron víctimas de un siglo terrorífico y que todavía podrían estar con nosotros.



Ana Frank no puede ver la luna


Hoy, Ana Frank cumpliría ochenta años,


¿cómo será ese sueño hondo

de cumplir y cumplir

ochenta años?


quién puede bajarse

del tren de la vida y mirar caminos

ochenta años


ochenta, ahora tendidos

en el árbol viejo de la muerte,


ochenta años


yo miraré por ti los fresnos,

apagaré las velas,

celebraré la luna

besaré a mi mujer,

este es mi regalo:

felicidades.




Ana Frank no puede ver la luna, Pablo Méndez. 3ª ed. Ed. Vitruvio.





miércoles, 23 de mayo de 2012

Milarepa´s bones, Helambu, de Yuyutsu RD Sharma

Nos hacemos eco desde Córdoba de la nueva publicación de Yuyutsu RD Sharma con su nuevo libro Milarema´s Bones. Yuyutsu fue uno de los poetas invitados a la séptima edición de Cosmopoética. Un poeta internacionalmente aclamado que vive en Nueva York y que con sus poemas canta a su tierra nepalí con una sensibilidad exquisita. El libro consta de 33 nuevos poemas. Esperemos que pronto sea traducido en España y podamos leerlo. No obstante los que se atrevan y quieran pueden leerlo en inglés.
Desde Paraninfo Poético queremos felicitar a Yuyutsu y desearle una buena andadura con su nuevo libro y que tenga los mayores éxitos porque se los merece.
Les dejamos con uno de los poemas:

Way to Helambu

On my way
to Helambu

tall columns
of the killing kilns

of Braktapur
aginst the shimmering snows

of Makut
of Ganesh Himal

grey plumes
of poisonous smoke

rattel snakes
in green terraces

of light
in the stadiums

of my delight.









viernes, 18 de mayo de 2012

Entrevista a Pablo Méndez ( entrevista concedida a otro medio y reproducida aquí)

Pablo Méndez (Madrid, 1975) es autor de seis libros de poesía. Su trayectoria literaria empieza siendo él muy joven con la publicación de “Una flecha hacia la nada” (1994) desde entonces Pablo Méndez ha dado muestras de que el realismo en la poesía sigue latente y es una de las mejores alternativas para la poesía de nuestros días. Para muchos de los que estamos en el mundo de la literatura Pablo, a pesar de su juventud, es un maestro que está creando escuela. Hablamos con él con respecto a la aparición de su último trabajo “Ana Frank, no puede ver la luna” (Ediciones Rilke, 2010) libro al que muchos apuntan como un punto de inflexión en la obra del autor.

P.- Es inevitable preguntarte por el realismo, muchos autores ya están diciendo que la poesía se debe entender. Pero el realismo no es una corriente nueva, ni una tendencia donde a la poesía se le despoja totalmente de la metáfora ya que el propio poema forma una metáfora. ¿Es el realismo la alternativa de la poesía del S. XXI?

R.- El término “realismo” en poesía es muy ambiguo, sin duda abarca un sinfín de formas de hacer poesía, y no tiene nada que ver con lo fácil o difícil que sea un poema, eso depende más de la claridad y concisión que un poeta consiga en sus versos. Puede darse el caso de poemas difíciles y con una fuerte dosis de realismo. Para mí la poesía realista es una poesía cercana a la realidad que trata cuestiones de nuestro día a día, comunes a todos. No en balde, aquella poesía social, surgida en España a principios de los cincuenta, en lugares como México, llegó a llamarse, “realismo social”. En mi Ana Frank no puede ver la luna, hay un capítulo entero de prosa poética donde escribo sobre algunos de los grandes escritores que vivieron en París, son casi como fantasmas que yo quise ver por sus calles, están Azorín, Gómez de la Serna, Ortega y Gasset, Blasco Ibañez… no me parece una propuesta realista en ningún caso.

P.- Hoy, Ana Frank cumpliría ochenta años... Así empieza el poema que da título al libro y que es un homenaje al Diario de Ana Frank. A lo largo de tu libro podemos observar cómo has tocado con indudable maestría los temas del paso del tiempo y de la muerte, algunos poemas están dedicados a la muerte de tu madre, el recuerdo de Gloria Fuertes y de muchos poetas que hoy ya no están con nosotros. ¿Cómo ha sido este proceso creativo? ¿Ha tenido que pasar mucho tiempo para poder expresar estos poemas?

R.- Uy, agradezco tus palabras en lo de maestría. Sí, la verdad es que un libro muy duro en su primer capítulo. Yo escribo sobre lo que me pasa, sobre mi vida, incluso en los poemas de los que te hablé antes, los de París y los escritores que allí vivieron, también escribía sobre mi mismo. Por eso en los momentos que he vivido una vida monótona, serena, he escrito muy poca poesía. Durante la creación de este libro me pilló la muerte de mi madre, ocurrida hace ahora casi seis años, y los poemas giran casi todos en torno a ello. Fue un palo para mi terrible, en fin…

P.- Por anteriores libros tuyos de ensayo podemos saber que la historia de la poesía es importante en tu obra, quizás no se puedan dar niveles elevados de poesía sin haber estudiado lo que se ha hecho antes. ¿Es necesario ese conocimiento previo del artista para poder crear?

R.- Yo creo que sí. No te hablo de erudición, pero si creo que un poeta tiene que tener una visión clara, profunda, y creciente de la historia de la poesía. Entre otras cosas porque si uno hace poesía es porque es algo que le gusta sinceramente, y si le gusta, lo normal es que no tenga pereza en estudiarla, leerla, comentarla, quererla sin más. Es como esos niños que se saben de memoria la alineación de su equipo, ¿la estudiaron? no, simplemente la devoción por ese equipo les hace saberse los nombre de los jugadores con facilidad. Sinceramente, me desagrada un poco cuando conozco a un poeta que no tiene el menor interés por la poesía, que no lee más allá de sus propios versos.

P.- La tercera parte de tu libro, Pequeña estación abandonada, está compuesta por treinta definiciones que invitan a la reflexión, quizás con una influencia oriental ya que nos recuerdan a los Haikus de la poesía japonesa. Es muy curioso como ese pequeño diccionario que has creado denota como la poesía lejos de querer acercarnos a una verdad universal y exacta nos acerca más bien esa realidad que llevamos dentro. ¿Es la poesía quizás ese último refugio que nos muestra nuestra propia realidad?

R.- Pese a mi admiración por el gran José M. Prieto, debo confesarte que no me interesan nada los haikus, cuando un poema es bueno pues es bueno y ya está, carece de importancia si es un haiku o una copla. Lo del haiku es una especie de moda que pocos conocen bien y muchos practican, yo creo que se debe a que su forma métrica es sencilla y tiene cierta aureola de exotismo. Pocos haikus buenos he leído, recuerdo además de Prieto, uno maravilloso de Mills Fox Edgerton que dice:

Exprimo bellas

naranjas mas el zumo

es de limón.



Es un haiku en su forma métrica, pero no en el contenido, ya que el haiku trata más de captar un instante, un momento preciso, natural y no suele haber elementos filosóficos, es muy famoso el haiku de Saimaro (1655-1737):



siguiendo el río

la golondrina vuela

como fluyendo



Esto sí que es un haiku. Yo no creo que en mi poesía haya influencias orientales. En Pequeña estación abandonada, intenté definir, desde el punto de vista poético, conceptos de nuestra vida cotidiana, definir, árbol, primavera, madre, padre, hermano… es posible que tangas razón y la poesía también sea ese refugio donde nos encontramos con nosotros mismos. Volviendo al haiku, a mí me gustan más las coplas, las décimas, o aquellas soleares maravillosas que hacía Rafael Montesinos, con tanta poesía y tanta gracia, fíjate, semanas antes de morir escribió la siguiente soleá:



A mí me da un no sé qué

dejarlo todo y marcharme

a un sitio que yo que sé.





P.- Es inevitable preguntarte cuales han sido los autores que más han marcado tu estilo poético. Sabemos que han sido muchos, pero ¿podrías citarnos los autores que consideras imprescindibles?

R.- Pues fíjate, a mí me gustan los poetas según las fechas del año, es como si cada poeta tuviera su estación, hoy es 21 de febrero, y mañana el aniversario de la muerte de Antonio Machado, siempre lo releo en primavera. El verano, por ejemplo, es lorquiano, esa pasión de las noches con luna, esos amores rápidos, esas casadas infieles tras las verjas de las casas andaluzas… hay tantos poetas maravillosos en el siglo veinte, podría decir dos por década… Sin embargo debo decirte que a mí también me encanta descubrir grandes nombres en la sombra, poetas que por una circunstancia u otra, hoy no ocupan el lugar que merecen y sin embargo construyeron una obra notable, eso me encanta… mi último descubrimiento ha sido Luis Felipe Vivanco, un poeta sensible, cuidadoso, sensitivo, para mí, todo un hallazgo.

P.- Ya para acabar, ¿qué estás haciendo ahora?

R.- Estoy preparando una antología de la Generación del 36. Una generación que no tiene la aureola genial de la Generación del 27, pero con grandes nombres y mucho interés, Miguel Hernández, Leopoldo Panero, Vivanco, Rosales, Carmen Conde, Ridruejo… hay mucha buena poesía en todos ellos.

domingo, 13 de mayo de 2012

Entrevista a Pablo García Casado

FSM.- Pablo, tu primer libro Las afueras obtuvo el I Premio “El ojo crítico” de Radio Nacional de España y hasta fue finalista del Premio Nacional de Literatura. Fue todo un éxito. ¿Cómo viviste esa situación tratándose de una primera obra y siendo tú aún tan joven?

PGC.- Fue una situación extraña y maravillosa. Yo me conformaba con publicar un libro. Y luego todo vino casi sin querer. Tuve claro que eso pasaría como un vendaval. Lo que queda de aquello es que el libro sigue vivo: hemos agotado tres ediciones.

FSM.- Después de Las afueras vinieron los libros El mapa de América y Dinero. ¿Con cuál de ellos te sientes más satisfecho o con cuál de ellos sientes una identificación mayor?

PGC.- Es como decir a quién quieres más, si a papá o a mamá…

FSM.- ¿Cómo empezó tu vocación literaria?

PGC.- Gracias a un par de buenos maestros que tuvieron la generosidad de escucharme. Eso y ser un lector insatisfecho.

FSM.- ¿Quiénes son tus referentes en la poesía?

PGC.- Pienso en Pessoa. Pero no sólo. Aunque sí que después de leer a Pessoa todo cambió.

FSM.- ¿Qué es la poesía para ti?

PGC.- Una manera de mirar el mundo.

FSM.- Pablo, ¿para qué sirve la poesía en nuestro mundo de hoy?

PGC.- Eso mismo. Para descubrir otros perfiles de la realidad. Para contarla. Para no sentirnos solos.

FSM.- ¿Qué aspectos de un poema crees que son relevantes para decir que estamos ante un buen texto poético?

PGC.- El extrañamiento, la visión, el ritmo y la plasticidad. Y ese algo que no se puede decir.

FSM.-¿Crees que un poemario debe tener una estructura general uniforme?

PGC.- No. Debe tener buenos poemas.

FSM.- ¿Cómo ves el mundo de la poesía en este momento tanto fuera como dentro de Córdoba?

PGC.- Un momento excelente.

FSM.- Podrías por favor dejarnos aquí un poema y decirnos por qué lo ha elegido.

PGC.- Bueno, es mi poema La Lluvia, y es como una letanía, pero con elementos muy antirretóricos. Espero que os guste.



LA LLUVIA

La lluvia sobre el vendedor que anuda su corbata antes de subir a casa. La lluvia sobre la visera verde del taller donde unas chicas flirtean con el mecánico que de joven se tatuó un as de corazones en el brazo. La lluvia sobre el cabello moldeado de la vieja que a duras penas consigue alcanzar un autobús que está vacío. La lluvia sobre el carro de la compra, legumbres, tomate, porciones de merluza congelada. La lluvia sobre los cristales de la unidad de cuidados intensivos. La lluvia sobre los cristales progresivos de mi padre, que me llama por teléfono preocupado por mi situación laboral. La lluvia sobre el vendedor que conduce despacio su automóvil. Que sólo piensa en desaparecer, al menos, por un tiempo. Cambiar de ciudad, alquilar un pequeño apartamento. Comprar un teléfono móvil, empezar de nuevo.



jueves, 10 de mayo de 2012

Andalucía en el verso

La semana pasada se presentó en la feria del libro de Córdoba la antología titulada Andalucía en el verso publicada por Ediciones depapel. Se trata de una selección realizada por Inmaculada Calderón y Ana Patricia Santaella. La antología va precedida de un prólogo  escrito por Francisco Vélez Nieto. Consta de 28 poetas del panorama andaluz. Es una antología en donde según el prologuista "se muestra a poetas de muy distintos estilos y edades y donde se han dejado los tópicos en la cuneta antes de iniciar su andadura". Y siempre basándonos en lo que dice Vélez Nieto "Esta antología de la poesía andaluza actual, más que muestra es panorámica de rico y variado contenido".
Ediciones depapel ha vuelto a demostrar su disposición con la cultura andaluza y su buen quehacer profesional haciendo un libro bellísimo.
Los poetas participantes son: Ana Isabel Alvea Sánchez, Francisco Basallote, Rocío Biedma, Matilde Cabello Rubio, Inmaculada Calderón, Sara Castelar Lorca, Marilén Cosano Montero, Isabel de Rueda, Jorge Díaz, Paloma Fernández Gomá, Araceli S. Franco, Daniel García Florindo, José Gilarbert Ramos, Manuel Guerrero Cabrera, Inés María Guzmán, Rafaela Hames, Dolores Izquierdo Labrador, Juan Antonio Mora Ruano, Ángeles Mora, Josefa Parra, Carlos Pérez Torres, Antonio Ramírez Almansa, Filomena Romero, Francisco Ruiz Noguera, Manuel Salinas, Pilar Sanabria Cañete, Ana Patricia Santaella y Francisco Vélez Nieto.

viernes, 4 de mayo de 2012

Entrevista a Fernando Serrano

FSM.- Fernando, ¿cuándo empiezas a escribir poesía?

FS.- Mis primeros poemas los escribí con 13 o 14 años. Fue en un concurso de seguidillas con tema navideño. Creo que conservo uno de los más de cincuenta que compuse en aquella ocasión

FSM.- Cuadernos de Ulía fue una de las colecciones de poesía más extensas nunca hechas hasta entonces y más cuidadas, ¿qué te aportó esta experiencia como coordinador y qué aporta esta colección al mundo de la poesía?

FS.- El primer cuaderno lo edité con poemas de un libro mío que se iba a titular Cuaderno de Ulía (Después se editó con el título de Cuaderno Azul). José de Miguel me dijo que por qué no seguía con la colección. Entonces le dije que haría siete carpetas con siete cuadernos cada una. Fue una experiencia muy bonita ya que se editaron cuadernos de poetas cordobeses de todos los tiempos y tendencias. Pudieron incluirse más pero la colección tenía un número concreto y tuvo que terminarse. No soy yo quien deba valorar lo que aporta esta colección al mundo de la poesía, pero sí he de decir que es una digna antología de la poesía cordobesa muy buscada y valorada en el mundo literario español.

FSM.- Desde 1980 que publicaste tu primer libro de poesía hasta ahora, ¿has notado un cambio radical en la poesía que se hace en Córdoba? ¿Cómo ves el panorama poético en esta provincia cordobesa?

FS.- En aquellos años y sobre todo a partir del encuentro de Poetas Andaluces que se celebra en Córdoba, había un clima de amistad y un contacto epistolar con todos los poetas, jóvenes y menos jóvenes. En los últimos años he vivido bastante alejado del mundo poético cordobés. Creo que en Córdoba siempre ha habido y habrá buenos poetas. Quizás se haya perdido un poco esa unión, ese contacto de los diferentes grupos o edades. Por otra parte creo que los poetas que vivimos en los pueblos estamos como más olvidados. Es raro que se cuente con nosotros. No es normal que se nos llame para lecturas, sí para obras colectivas como pueden ser revistas o libros de homenaje a distintos poetas.

FSM.- Podrías hablarnos de tu poesía y de tus libros publicados, sabemos que algunos de ellos han sido premiados en importantes certámenes literarios nacionales.

FS.- Siempre he dicho que el poeta es el que menos puede hablar de su poesía. Es el lector el que tiene que opinar. El poeta lo que tiene que hacer es escribir y escribir. Eso es lo que he hecho siempre. Ha habido baches, años en los que no he escrito ni un poema, pero creo que esto nos pasa a todos. No he sido muy amigo de los premios pero creo que en ocasiones acudir a ellos es la única forma de poder ver editados tus libros. Los premios son subjetivos. No eres ni mejor ni peor por ganarlos o no.

FSM.- A todos los entrevistados pedimos una definición de la poesía. ¿Podrías darnos tu propia definición?

FS.- Siempre que me preguntan qué es la poesía acudo a aquella definición que se daba en los libros de texto en los años 50: La poesía es la expresión de la belleza por medio de palabras. Así de sencillo y así de difícil.

FSM.- ¿La poesía tiene alguna misión?

FS.- La poesía, la palabra puede cambiar muchas cosas. Y nos puede hacer mejores e incluso puede influir en muchas cosas.

FSM.- Fernando, perteneces a la Real Academia de Córdoba, ¿qué significa esto en tu vida?

FS.- Es un honor que se me concedió a mí como pudo concedérsele a otros muchos compañeros poetas que lo merecen. Tengo muy buenos amigos académicos aunque el grupo de poetas es quizás el más independiente. No hay contacto entre nosotros y creo que sería bueno el que lo hubiese. Como sabes el poeta cordobés es muy independiente. Siempre he dicho y he creído que las luchas internas de los poetas son una tontería. Somos muchos y con una muy efímera gloria. ¿Cuántos poetas cordobeses del siglo XX pasarán a la historia de la literatura española? Tal vez uno o dos. Y somos cientos. ¿Acaso se lee a Aleixandre, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Ricardo Molina o Juan Bernier, por citar algunos? Y ¿qué somos nosotros al lado de ellos? Simples aprendices.

FSM.- ¿Qué debe tener en tu opinión un poemario para poder decir que es redondo, que es de calidad?

FS.- Poesía, buena poesía. No me gustan los libros unitarios, Antonio Machado formaba un libro con poemas totalmente diferentes y sin unidad temática. Y ahí lo tienes: tan sencillo y tan grande.

FSM.- ¿Cómo y cuándo escribes poesía? ¿Te disciplinas y escribes siempre a una misma hora o esperas siempre a que venga la inspiración y entonces escribes?

FS.- Hay libros que he escrito en una noche. Otros son la suma de poemas escritos durante toda mi vida. No tengo horarios. Sí tengo siempre mi cuaderno abierto por si surge ese rayo que nos hiere a veces.

FSM.- ¿Cuáles son tus poetas de cabecera, si es que los tienes?

FS.- Antonio Machado, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén y casi todos los del Grupo Cántico tanto por la calidad de su poesía como la amistad que me une y me unió a ellos.

FSM.- Para acabar, nos gustaría tener un poema tuyo a continuación. Y si es posible que nos digas por qué lo has elegido. Muchas gracias, Fernando, por colaborar en Paraninfo Poético.

FS.- Me gusta el poema que cierra mi libro Con las alas cortadas, porque dice quién soy, de donde vengo y que pretendo con mi poesía.



SI PREGUNTÁIS POR MÍ

Si preguntáis por mí a algún hombre del pueblo
os dirá que soy hijo de un viejo campesino,
que somos seis hermanos, que mi vida transcurre
del trabajo que tengo para ganarme el pan
a mis viejas cuartillas manchadas de poemas.
Os dirá que mi madre es una mujer buena,
que quiero a mi familia, dos hijos y mi esposa;
os dirá que estudié, que estuve en otras tierras,
y que corté mis alas definitivamente
para anclarme en mi pueblo.
A estos rasgos externos y que muchos conocen
debo añadir un último y quizás ignorado
apunte de mi vida:
                            Adoro estas raíces,
conozco piedra a piedra las casas de mi pueblo,
los nombres de sus gentes,
y mi deseo es que un día
alguien diga mis versos
y otros viejos que ahora son niños solamente
añadan que mi vida la dejé sepultada
debajo de esta tierra que amo.