lunes, 11 de marzo de 2013

Entrevista a Juan Pérez Cubillo

FSM.- Juan, ¿cuándo empieza en ti el amor por la literatura?
JPC.- Creo que comenzó con la lectura de pequeñas novelitas del Oeste. Mi propia exigencia fue subiendo el listón, además de la acción benefactora de Don José Capdevila y Doña Luisa Revuelta.
FSM.- Eres -aunque ya te hayas jubilado- profesor de Lengua y Literatura, ¿cómo ha influido esta característica en ti a la hora de escribir?
JPC.- En pequeños tics, como considerar a los clásicos como modelos a seguir y darle una vuelta de tuerca en ocasiones a sus producciones; al fin y al cabo ya lo hizo Cervantes sobre elementos literarios precedentes o Valle-Inclán con el cuento de “Malpocado”, que tiene como referente inequívoco al Lazarillo o Bertolt Brecht que hace lo propio con respecto a Maximo Gorki cuando escribe “Madre Coraje y sus hijos”. Fue la literatura la que me llevó a
ser docente y no al contrario.
FSM.- Eres un escritor que has cultivado tanto la poesía como la narrativa, de hecho perteneces al Colectivo de narradores Mucho Cuento. ¿Dónde te sientes más cómodo a la hora de escribir, en la poesía o en la narrativa?
JPC.- Actualmente en el universo poético.
FSM.- ¿Qué tiene que tener en tu opinión un libro de poemas para que digamos que es un buen libro?
JPC.- Que no se te caiga de las manos y que haya un hilo invisible que conecte el principio con el final. Eso que llamamos coherencia interna.
FSM.- Descendiendo al poema en particular, ¿podrías darnos tu versión de qué se le debe exigir a un solo poema para que digamos que tiene calidad literaria?
 JPC.- Que se te haga un nudo en la garganta. Comparto la definición que considera al poema como palpitación del espíritu; la calidad literaria la marcan “sui generis” las castas dominantes –siempre las hay en cualquier ámbito de la vida- y hay que ponerla en solfa, relativizarla.
FSM.- Juan, según tu opinión, ¿qué es poesía?
JPC.- Un buen poema debe aspirar a comunicar; fuera de esto, entiendo que no existe. No creo en la poesía hermética, aunque tenga la fortuna en la mayoría de los casos de entender sus claves ocultas, pero yo soy solo uno más.
FSM.- ¿Cuál es la misión de la poesía?
JPC.- Transmitir desde las más íntimas desazones hasta la alegría exultante que produce un pájaro, un niño, un desgarro por alguien que pide limosna …
FSM.- Siempre te recuerdo como un activista cultural en esta ciudad de Córdoba. ¿Qué te aporta esa relación tuya con el mundo de los escritores?
JPC.- Es una buena definición la de activista. Siempre me he preguntado qué habría tras esa actividad febril. Me importa mucho el “nosotros”, y tal vez sea una manifestación de esa preocupación.
FSM.- También eres un gran flamencólogo que no solo has seguido muy de cerca a los cantaores sino que además también haces un programa de radio hablando de esta temática. Crees tú que hay algún tipo de relación en nuestro tiempo entre el mundo del flamenco y la poesía como ya lo hubo en otras épocas?
JPC.- Sí, lo defino con una letra muy socorrida, pero no por ello menos intensa. Es un fandango, que dice así: "Aunque me voy/ no me voy/aunque me voy/no me ausento/aunque me voy de palabra/pero no del pensamiento". Con sus bises y todo el auxilio de cualquier formulación estética
FSM.- ¿Podrías a continuación dejarnos un poema y decir por qué lo has elegido?
JPC.- El poema se titula Había concluido. Lo muestro a continuación. Interpreto que hay en las relaciones personales momentos de desencuentro que son superados, pues los relativizamos. Y son esos mismos momentos los que, pasado el tiempo, se convierten en fronteras insalvables de esa misma relación, pues así de etéreo es todo. El poema pretende recoger esta idea.


HABÍA CONCLUIDO

Había concluido
en la pequeñez de las cosas,
de las
cosas de siempre,
así de inaprensible fue todo:
esa mirada amable, ese
guiño
de complicidad bienintencionada
y ese tacto amistoso.

Cambió la
geografía y hasta la física,
pues la mirada y el tacto tornaron
en
huidizos,
no propicios a la confidencia.

Pensó en un momento de bajada

a los que era dado en caer
que tal vez seguir
fuera una torpeza
y ella
debiera saberlo.








No hay comentarios:

Publicar un comentario