sábado, 24 de abril de 2010

Entrevista a Rafaela Hames

Rafaela Hames transmite la voz de quien ha aprendido a lavar el dolor con ungüentos y sus ojos conservan hieráticos la permanencia que el mar deja en las huellas del tiempo.
Se diría que es ella una mujer contemplando el mundo.
Nos encontramos en el huerto hecho jardín frente a la sala Orive en donde con toda amabilidad Rafaela responde a mis preguntas.
FSM .- ¿Qué tal Rafaela?
RH .- Bien. Disfrutando de este mes de abril de esta ciudad nuestra.
FSM .- ¿Para ti la poesía hasta qué punto es importante?
RH .- Para mí la poesía es vital porque creo que, no es el hecho de escribir versos, el hecho de escribir un poema ya te hace poeta. La poesía trasciende porque es una forma de vivir, es una actitud ante la vida. Y la persona que lleva dentro de ella este germen como que es más creativa a la hora de enfrentarse también a las sucesivas pruebas que te pone la vida tanto para enorgullecerte como para hacer un ejercicio de humildad. Eres más creativo a la hora de afrontarlo todo absolutamente. Por eso para mí la poesía es algo muy hondo. Si además puedo escribir una apreciación, algo que me dice el cosmos, algo que me dice el sentimiento o algo que capto pues me siento bendecida, independientemente de publicar o no publicar. La poesía es una necesidad para mí.
FSM .- ¿ Y cuándo empieza en ti este germen y te haces consciente de que la poesía es algo vital?
RH .- Forma parte de mi memoria. Está dentro de mí, yo creo que desde que era pequeña. Antes de aprender a escribir garabateaba ya. Entonces, las palabras en las que pensaba y los conceptos en los que pensaba, los ponía en un papel y empezaba a hacer garabatillos. Y después, por supuesto, cuando ya aprendí a poder expresar verdaderamente lo que sentía y lo que pensaba, pues ahí empecé de verdad.
FSM .- ¿ Y tu primer libro cuál fue?
RH.- Mi primer libro fue Ser agua. Apareció en la colección Cuadernos de Sandua que coordinaba Antonio Rodríguez Jiménez, en Cajasur. Luego, como primera publicación, fue la plaquette Funánbulos. Luego surgió también el premio “Acordes” de Poesía que era una plaquette, una colección de poemitas que se titulaba Desde la aurora. Recoge el hecho de sentir la vida dentro de ti y como un hijo va desarrollándose dentro de ti hasta el momento en que ya lo tienes en brazos. Palpar la vida.
FSM .- Y todos esos poemarios que has nombrado ¿qué han significado para ti? ¿Venían de alguna memoria o nacieron de repente por algún acontecimiento?
RH .- Yo creo que la mayor parte de ellos parten de experiencias emocionales, espirituales, intelectuales. Son respuestas a estímulos externos. A veces también son sucesos meramente interiores, pero casi todo tiene su conexión con lo que te rodea.
FSM .- Por lo que te oigo deduzco que la poesía tiene varios aspectos: el aspecto espiritual, el intelectual y el emocional. Entonces cuando escribes poesía ¿juegas con todos esos conceptos al mismo tiempo?
RH .- Yo creo que no porque hay veces en las que predomina más una tendencia que otra.
FSM .- ¿ Y eso depende del estado de ánimo o de las vivencias personales?
RH .- Depende de la disposición. Volvemos otra vez a lo mismo de antes, depende de la disposición que uno tiene con la vida y con uno mismo al ser más receptivo o receptiva a la hora de asimilar sucesos externos o incluso de acontecimientos internos. Estás como más capacitada para hacer de canal y poder transformar en palabras esas vivencias tan tangibles. Porque la vida tiene el aspecto material, pero confluyen tantos otros planos. Y entonces depende del momento en el que estés pues tienes más capacidad de captar esos hilos aparentemente inexistentes. No por ello dejan de ser reales.
FSM .- Entonces la poesía es una forma de hacer filosofía.
RH .- Sí. Yo creo que sí. Puedes exteriorizar razonamientos filosóficos a través de la poesía. Y yo hago algunas veces un paralelismo entre la palabra poeta y profeta porque de alguna manera anuncia cosas.
FSM .- Entonces Rafaela, ¿qué es un poeta o una poeta? ¿Qué clase de ser humano es?
RH .- Pues un poeta o una poeta creo que mantiene permanentemente viva su capacidad de asombro, su deseo de aprender constantemente, una lucha por el hecho de la vida, no por la supervivencia, sino por el hecho esencial de la vida y de la muerte. Porque la muerte, aunque nosotros la dramatizamos mucho en nuestra cultura, forma parte de la vida también. Y habría que incorporarla a ella pues como una experiencia más. Saber vivir para saber morir.
FSM .- Los grandes temas de la poesía es posible que sean esos que acabas de mencionar, ¿no?
RH .- Para mí sí. Bueno está el amor, el desamor, Yo creo que el desamor más todavía que el amor porque el ser humano tiene una cierta tendencia a ser ingrato. Siempre se fija más en el sufrimiento que en el gozo.
FSM .- ¿Crees que deberíamos cantar más el gozo del amor?
RH .- Sí, claro.
FSM .- La muerte, el desamor, eso son constantes en la poesía, ¿verdad?
RH .- Sí. Sin embargo actualmente creo que un tema preocupante es el planeta en el que vivimos: la ecología. No es suficiente con decir qué bonita es la arboleda. Hay que ir a esa sensación de estar perdiendo el paraíso. Entonces yo creo que la ecología hoy día y la desorientación en la que el género humano está inmerso son temas muy preocupantes y que quizás sería tema de obligación para el poeta
FSM .- En qué aspecto está el ser humano desorientado?
RH .- En lo que entiende por progreso. Yo no puedo entender el progreso cuando es a costa del deterioro irracional de las fuentes de riqueza que nos da la casa en la que vivimos, nuestro planeta. Ni entiendo por progreso el que haya seres en la opulencia más exacerbada que no necesitan apenas nada porque la mayor parte de las cosas no las necesitamos, y que haya otros seres en la penuria más insultante, más degradante. Yo no entiendo que sea progreso eso que disfrutan las sociedades avanzadas mientras haya sociedades que no lo son, que están diezmadas.
FSM .- Entonces un poeta es un ser en lucha.
RH .- Sí. Y lo que yo veo es que también en la sociedad en la que estamos pues todo el mundo, sea el poeta, sea el que no es poeta, todos estamos como en un estado de conformidad, de desaliento, de apatía en la que parece que no merece la pena luchar porque para ti bastante tienes con resolver tu día a día que ya no te quedan fuerzas. Además yo creo que de hecho estamos acallados poetas y no poetas porque estamos tan ocupados intentando sobrevivir ya que nos imponen ese ritmo, que nos sobran todas las energías ahí.
FSM .- ¿Cómo ves el panorama poético en Córdoba?
RH .- En este momento actual parece que está en una ebullición, en un entusiasmo y ahora mismo está en este preciso momento, en el mes en el que estamos ( abril ) y en el momento en el que estamos muy bien. Sin embargo estos meses de atrás era todo lo contrario. Pero bueno, el hecho de que estos meses de atrás estuviese la cosa más tranquila y que ahora haya esta ebullición, indica que está bien, que está vivo, que hay tendencias. Yo creo que hay respeto a todas las maneras de expresión. Y que se pueden avenir todas ellas. Es muy bonito.
FSM .- Has escrito ya creo que son cinco libros de poesía.
RH .- Sí. Hace ya tiempo que se publicó el último, y en el cajón tengo otro tanto.
FSM .- ¿ Cómo escribes? ¿Te pones directamente a escribir o lo tuyo es un compromiso personal con la escritura poética o tú escribes cuando viene la inspiración y entonces escribes poemas y así vas?
RH .- Por suerte o no suerte no puedo permitirme sentarme todos los días a escribir. Y es un arma de doble filo. Es suerte y no suerte, las dos cosas van juntas. Entonces siempre tengo ganas porque no tengo ese privilegio. En cualquier momento me puedo sentar a escribir. Ahora llevo unos meses en los que estoy escribiendo prosa y me hace muy feliz.
FSM .- ¿Qué tiene que tener un poema para que podamos considerarlo como que merezca la pena? ¿Qué tiene que tener el poema en sí mismo para que tú lo des por bueno?
RH .- Pues que me transmita una pulsión, una reacción, que me haga reflexionar, que me haga admirar ese descubrimiento o que me resalte esa evidencia en la cual yo no había reparado. Y por lo tanto, que me haga pensar, que me hagan quedarme en suspenso un momentito esos versos.
FSM .- Ahora se escriben poemarios con un cuerpo, es decir, que tengan una línea temática todo el libro. ¿Tú escribes así con una idea global?
RH .- He procurado que más o menos respeten una atmósfera, también por no desequilibrar al lector. Y dentro de esa atmósfera puedes jugar con una serie de factores, pero siempre generar una cierta unidad para no crear un desajuste.
FSM .- Todo poeta quiere ser leído y llegar a ser reconocido. ¿Crees que un poeta necesita eso o hay que quitárselo de la cabeza?
RH .- Yo creo que hay que liberarse de esa tensión. Creo que esa tensión enturbia la capacidad creativa. No eres tan libre cuando tú te estás proyectando en eso. Se está angustiado porque quieres estar y hay enfados si no cuentan contigo para esto o aquello. Así si no se tienen esas preocupaciones pues se está muy bien
FSM .- ¿Estás escribiendo algo en este momento?
RH .- Sí, estoy escribiendo. Voy escribiendo poemas con una cierta frecuencia. Y estoy inmersa en un relato que, como le decía a mi amiga Pepi, estoy intentado rescatar recuerdos felices. Ir enhebrándolos sin acritudes, pero tengo que meter también los otros. Y eso va en prosa. Es una especie de memorias, rescatar recuerdos y establecer ahí un hilo donde voy metiendo reflexiones, cosas que suceden en el presente con cosas del pasado, la apreciación que pudiéramos tener en el pasado de un acontecimiento que sucede ahora. Y en esa línea va la prosa que estoy haciendo.
FSM .- En alguna ocasión he oído a alguien decir que en la poesía no hay nada nuevo que decir. ¿Estás de acuerdo con eso?
RH .- Yo creo que siempre que alguien está con la inquietud de escribir de esa forma que se da en llamar poesía o verso es porque hay algo que decir.
FSM .- ¿De qué poetas has aprendido?
RH .- A mí me llena mucho espiritualmente Tagore. Quizás no escriba en esa línea, pero me llena mucho. También Jorge Guillén, Pablo Neruda. Además tienen que ser seres a los que le encuentre un aspecto humano admirable. También hay personas que no son escritores y que me gustan mucho, por ejemplo, Gandhi que llevó una vida tan inspiradora. Y luego Vicente Aleixandre, Miguel Hernández que en cuanto lo descubrí de pequeña cuando estaba estudiando, fue una revelación, como un darle calor a la sangre que llevas dentro.
FSM .- ¿Cómo puede un poeta alimentar su actividad poética? ¿De qué maneras?
RH .- Pues yo creo que es importantísimo relacionarse también con otros poetas y con otras personas que compartan esa visión y que sean capaces de transcender con su mirada. Eso es muy bonito y enriquecedor, estar atento a lo que muchas veces dicen personas sabias, que puede ser alguien realmente erudito o puede ser un crío. Yo de eso sé mucho porque he criado a tres. Cuando me han ido haciendo preguntas de asombro ante la vida, pues me han hecho a mí reflexionar sobre esa realidad que me están preguntando. Así pues como te decía, a un poeta le viene bien ese tipo de relaciones. El silencio también es importante. Sobre todo cuando el silencio te viene como una bendición y has sufrido los tráfagos. La música, la naturaleza…
FSM .- Muchas gracias Rafaela por tu entrevista. Te estoy muy agradecido.
RH .- Gracias a ti.

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