FSM .- Una de las cosas que me llaman la atención de ti es que a la edad de 9 años abandonas los estudios para ponerte a trabajar como aprendiz en una sastrería. Habiendo abandonado los estudios porque no podías continuar, lógicamente, en aquella época, ¿cómo llegas a la idea de ser escritora?
RSC .- En aquella época era normal que una mujer aprendiera un oficio. Así que entré a trabajar como aprendiz de costurera y me pusieron a coser. Yo no me crié con mis padres sino con unos tíos míos que no tenían hijos y me criaron a mí. A mí me gustaba la literatura ya de pequeña, me gustaba leer tebeos, cuentos. Y ya de pequeña escribía, no poesía, pero sí pequeños cuentecitos. Pero esta tía mía que me crió me rompía todo lo que escribía porque ella decía que no tenía que escribir. Así que tenía que leer a escondidas. Me compré una linterna pequeñita y me metía en el dormitorio y, con la cabeza tapada debajo de las sábanas, leía a escondidas porque si mi tía veía la luz encendida de mi cuarto me decía que al día siguiente tenía que ir a trabajar y no debía leer. Así empezó mi afición. Luego mi tío sí le gustaba leer y cogía libros en invierno y nos leía historias del pueblo, cuentos. Y quizás de escucharlo me viene la afición. Las biografías era lo que más me gustaba. Luego, cuando ya empecé a tomar conciencia de lo que eran los libros, los autores, pues fui descubriendo a mis poetas preferidos: Juan Ramón Jiménez. Machado, Bécquer. Pero luego cuando fui mayor me gustó mucho Walt Whitman, Leonard Cohen. Ese tipo de poesía me gustaba. De los escritores de novela me gustaban mucho Ernest Heminway. Y también en poesía todos los clásicos españoles como Góngora, San Juan de la Cruz. Y de mujeres Rosalía de Castro. Luego ya descubrí a las poetas de Córdoba: Juana Castro, Pilar Sanabria. Muchas poetas que me han gustado y ellas han sido para mí fuente de inspiración. Ahora por ejemplo me gusta mucho leer a Paulo Coelho, y mi preferido ha sido Richard Bach, el de Juan Salvador Gaviota.
FSM .- Rafaela, tú ¿cuándo descubres que te gusta escribir de una manera más en serio?
RSC .- Desde pequeña. Recuerdo que oía leer y me gustaba. Luego había una vecina que contaba cuentos de duendes en el patio y me quedaba embelesada escuchando. Empecé escribiendo primero pequeños cuentos, incluso escribía cartas a personajes conocidos, que me las rompían porque no les interesaba que hiciera aquello. Y luego todo el dinero que me daban de cuando empecé a coser era para comprar libros.
FSM .- ¿Y cuándo te tomas en serio el tema de la creación?
RSC .- Fue a raíz de una operación que me hicieron a vida o muerte. Esa circunstancia me influyó mucho y fue a partir de ahí que yo quiero dar. Porque la creación es una manera de dar algo. Es como lo que estoy escribiendo ahora. El personaje de mi novela se entrega. Por eso ahora no sé qué decir si me gusta más la poesía o la novela, diría que me inclino más por la narrativa.
FSM .- ¿Cómo te das a conocer en Córdoba como poeta?
RSC .- Con lo primero que me di a conocer en Córdoba fue con un cuento titulado Los mares han perdido su color que me lo publicó Ediciones el Almendro. Era la época en la que yo iba con Emily Santa-Cruz en el año 1983. Luego vino el cuento Blanquita y Aromín que es un canto a la amistad. Más tarde publiqué Versos para el letargo, Versos para Medina Azahara y A este lado del puente. Este último está escrito en versos alejandrinos. Y luego vino Mujeres de Córdoba, que al principio se escribió como artículos que se titulaba Cordobesas con estilo en el diario de Córdoba, pero luego el presidente del Ateneo don Antonio Perea me dijo que por qué no quería que se publicara un libro con todas esas pequeñas biografías. Y así fue como surgió este libro que ha tenido una buenísima acogida. Yo quería escribir biografías de otras mujeres de fuera de Córdoba, pero luego me dije, y por qué no mujeres de Córdoba. Y decidí que no fueran sólo escritoras o sólo poetas o sólo mujeres de la política, sino que fuera una amalgama de todo tipo de mujeres que merecían ser. Y luego vino una segunda edición corregida y aumentada.
FSM .- Y dime, cuando escribiste Mujeres de Córdoba, ¿cómo diseñabas cada personaje?
RSC .- Ejercí un poco de periodista. Unas fueron por teléfono, otras las conocía, otras me mandaron su datos por correo. Recuerdo que la primera entrevista que hice fue a la ex alcaldesa de Córdoba Rosa Aguilar. Me concedió una entrevista de media hora. Una mujer muy cercana, muy entrañable. Y te digo, aquel momento para mí fue muy bonito, yo aquí ejerciendo de periodista, si yo soy autodidacta. Pero era tal la ilusión que yo tenía por conocer la biografía de estas personas. A mi me han aportado muchísimo. He disfrutado mucho escribiendo este libro porque cuando veía la lucha de estas mujeres por estudiar para ser profesoras, para ser abogadas. A mí me hubiese gustado llegar a hacerlo y estar en el pellejo de ellas, pero el tiempo en que ellas estaban en una universidad yo estaba en una sastrería. También digo entre comillas que la sastrería fue mi universidad porque tuve la inmensa suerte de dar con un maestro, con un sastre que cosía muy bien, Manuel Pino López, aquí en la sastrería de la calle Reloj. Y este hombre era muy filósofo. Entraba y se comunicaba mucho con las trabajadoras, y aquello me sirvió a mí para aprender. También tuve un compañero, sobrino del maestro sastre que era de Lucena, y que por tradición tenía que ser sastre también alguno de la familia y le tocó a él. Y él estaba estudiando para maestro. Pues con él también aprendí mucho, pues me daba libros de texto para que aprendiera. Recuerdo que una vez me dio para que leyera Don Juan Tenorio en el mes de noviembre, que era la época más adecuada para leerlo. Hoy ese hombre es el alcalde de Lucena y es José Luis Bergillos.
FSM .- Cuando te pones a escribir un poema ¿cómo lo escribes, te sientas a esperar que venga la inspiración o sólo te sientas a escribirlo cuando te viene la inspiración?
RSC .- Yo escribo cuando he tenido una experiencia o me ha aflorado un sentimiento dentro de mí, por ejemplo, esto de los maltratos de la mujer, me meto en el personaje de esa mujer y escribo el sentimiento que me aflora o de una experiencia que he vivido, pero no me gusta escribir sin tener algo dentro, no escribir por escribir, no escribo una poesía porque me la han encargado, escribo desde el sentimiento.
FSM .- ¿Y por qué escribes? ¿Para qué escribes? ¿Qué razón te lleva a escribir?
RSC .- Escribo por una necesidad vital. Lo necesito para expresarme, para comunicarme con los demás. Yo escribo desde el respeto hacia el lector, pero no escribo nunca pensando en el lector. Primero, si se trata de poesía, desde el sentimiento de lo que quiero expresar, y en narrativa también, queriendo contar el hecho, pero siempre desde el sentimiento.
FSM .- ¿Crees que la poesía nos salva de algo?
RSC .- Pues creo que sí. Creo que nos salva de este mundo materialista que estamos viviendo porque es expresar la belleza por medio de la palabra. Te salva de esa violencia de hoy día, porque incluso si escribes un poema en contra de la guerra tienes que expresarlo con sentimientos puros, con sentimientos de amor. Entonces, creo que eso te salva, en ese momento en que estás escribiendo eso. Si todo el mundo se parara a contemplar la brizna de yerba, ese milagro, es que no nos deberíamos hacer daño. Eso es poesía. No concibo una persona que escriba poesía porque sepa la preceptiva. No, no, el poeta es otra cosa. Tengo un poema a Vicente Núñez y digo que él era poesía dentro de la poesía. Me gusta ir a escuchar a los poetas que hablan desde el sentimiento, desde el dolor, desde su propio sentimiento. Y ese sentimiento lo llevo yo también y lo expreso. Hoy día nos encontramos con muchos muros frente a los sentimientos, por eso digo que los poetas son los que expresan sus sentimientos, son creadores.
FSM .- Tú también escribes narrativa, y pregunto, ¿en la narrativa también usas esos sentimientos poéticos?
RSC .- Sí, sí, siempre afloran. Me gusta jugar con las palabras porque verdaderamente todo está dicho, y lo que no se puede decir es mi poema es mejor que el tuyo o éste es peor que aquél. Porque cada poeta da su punto de vista.
FSM .- ¿Tú crees que los poetas tienen alguna misión en la sociedad?
RSC .- Sí.
FSM .- ¿Cuál es esa misión?
RSC .- Dar a conocer al mundo la belleza. Es que la poesía es belleza. La expresión de la belleza por medio de la palabra.
FSM .- Rafaela ¿hacia dónde debe ir la poesía? ¿Debe buscar algún fin en sí misma o el fin debe estar enfocado para ayudar a los demás? ¿Qué piensas tú?
RSC .- Escribir una poesía con un fin, no. Yo escribo una poesía y cuando la doy es como si regalara una flor. No se trata de decir yo escribo mejor que tú, no. A las personas las considero como a las flores. Entonces está desde la rosa, la suntuosa rosa, el lirio, pasando por toda la gama de las flores hasta la humilde amapola, humilde por decir humilde porque es que es la más delicada, con nada que la toques ya se le caen los pétalos. Creo que las personas debemos hacernos como ramos de flores, unirnos como ramos de flores y ofrecernos así a la vida.
FSM .- Veo en ti una actitud mística o un concepto místico de la existencia o si quieres del hecho creativo poético
RSC .- Exacto, sí, sí.
FSM .- ¿La mística es importante en la vida?
RSC .- Sí. Al menos para mí. El poeta por excelencia es Dios, el poeta del sentimiento, el poeta del color porque cuando tú te asomas y ves un paisaje, eso ¿quién lo ha creado? Dios es un poeta, es el mejor pintor porque ha dado colorido a todo.
FSM.- Rafaela tú has hecho una investigación sobre una mujer poeta del siglo XIX llamada Rosario Vázquez Angulo, por qué no nos hablas algo de esta mujer.
RSC .- Esta investigación surgió y se inició en el colectivo abierto de poetas cordobesas. Se hicieron muchos actos muy fructíferos aquí en Cajasur. Se sabía que esta mujer era escritora que había nacido aquí en Córdoba, que había vivido aquí, que tenía un libro que tenía las tapas verdes que se titulaba Poemas y Leyendas. Se empezó a indagar, pero nadie conocía nada de esta mujer. Pensé que no debía quedar esta mujer ahí sin saberse nada de ella. Así que me dije pues voy a investigar, diciéndome a mí misma, me conformaría con una breve reseña de ella. Llamé a muchos sitios por teléfono, a la Real Academia de Córdoba y no conocían nada. Le pregunté a don Manuel Pérez de la Lastra y Villaseñor y tampoco la conocía, bueno llamé a Madrid, a un montón de sitios. Un día hablando con un profesor que también leía poesía cuando nos reuníamos en la Fuenseca y preguntándole dio la casualidad que me puso en contacto con su hijo que era tataranieto de Rosario Vázquez Angulo, y éste me puso en contacto con un biznieto que sí tenía en su poder documentación y cosas. Y a partir de ahí, ya se le pudo hacer en Cajasur lo que había previsto. Llegué incluso a saber dónde estaba enterrada, y ahora cada vez que llega el día de los Santos le llevo una flor. Está en el cementerio de La Salud. Vinieron sus familiares de ella, sus biznietos, o sea este biznieto, Antonio Gómez Alfaro y su biznieta, porque ella ha dejado una saga de escritores y periodistas. Finalmente todos los datos investigados los entrego al ayuntamiento de Córdoba, a la Real Academia y al Ateneo de Córdoba y al mismo colectivo abierto de Poetas cordobesas, porque la idea salió del colectivo de poetas cordobesas y como había salido de ellas también se lo entregué a Juana Castro. Entonces otra amiga mía Carmen Fernández Ariza que es también catedrática y académica y profesora de la universidad me dijo que ella creía que tenía material suficiente para dar cuerpo a un libro y me animó a hacerlo. Y se ofreció a hacerme el prólogo. Y para mí eso fue un honor. Y ha sido el ayuntamiento de Córdoba quien lo ha publicado.
FSM .- Rafaela, ¿cómo te mantienes activa en el quehacer literario?
RSC .- Escribiendo todos los días. Es una necesidad vital. Es mi entrega a los demás en todo lo que yo pueda aportar con lo que hago. Aquí están siempre mis manos abiertas como persona y mis manos con la pluma de escribir porque yo digo que me hubiese gustado ser escritora, pero me he quedado en una mera escribidora.
FSM .- Yo creo que lo importante es que eres una escritora que luchas por eso, y que lo sientes, y que, por el solo hecho de sentirlo, ya te puedes llamar escritora. Además eres escritora porque has publicado muchas cosas. Mi más enhorabuena. Y muchas gracias por participar en Paraninfo Poético.
RSC .- Para mí es un honor haber participado en esta entrevista. Gracias a ti.
FSM .- Gracias a ti siempre.
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