Antonio, eres un poeta que desarrolla en Córdoba actividades culturales en torno a la poesía coordinando ciclos, antologías, como por ejemplo el actual ciclo de poesía que se está llevando a cabo en La Ermita. ¿Qué te aportan estas actividades como poeta?
Nada en absoluto. Todo lo contrario. Llevo años intentando escapar cada vez más de ellas, porque lo considero la antítesis de la poesía. Lo que ocurre es que no puedo cortar de manera drástica. Tengo muchos amigos que me piden colaboración en múltiples actividades y aún no he aprendido a decir NO. Si acaso, lo único que me han aportado siempre es la posibilidad de hacer buenas amistades.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en la poesía?
Regresé a Córdoba cumplidos los 30 años allá por el 77 y conecté con los poetas de Zubia, Antorcha de paja y Kábila. Yo tenía ya un libro en preparación que, una vez terminado, lo presente a concurso en Madrid al I Premio Prometeo de poesía para escritores hispanohablantes noveles. Resultó accésit y Manuel de Cesar, coordinador de la colección Polifemo aquí, en Córdoba, se enteró por la prensa y me lo pidió para publicarlo. Así empezó todo.
¿Qué importancia tiene en tu vida la poesía?
Pues lo es todo y no es nada. La odio en la medida que la necesito. Me tiene atrapado. Si pudiera prescindiría de ella. Es la única droga que me ha vencido. Por ahora...
¿Cuál debe ser la función de la poesía si es que debe tener alguna función?
Poíesis (la poesía) es un hacer con palabras. Un modo -igual que otro cualquiera- de obrar en las cosas; tan igual como el del artesano del barro, de la madera o del metal. Poietés (el poeta), utiliza las palabras como herramienta, y el resultado, tà poiémata (los poemas), son algo muy distinto de ellas. No hay "lógica" (intelectiva) en la función "productora" (poíesis) del poeta. La lógica compete al discurso de la Ciencia. La poesía no demuestra; sólo muestra. Los poetas no presentan realidades, sino que muestran interpretaciones de la realidad. Y en esa mostración está su grandeza.
De tus poemarios publicados ¿con cuál te identificas más o con cuál de ellos crees que has dado un paso más allá en tu manera de concebir la poesía?
De lo publicado, me quedo con el Diccionario del vino. Pero el "paso más allá", siempre está en lo último en que se trabaja.
¿Cómo trabajas la poesía? ¿Dedicas un rato cada día o escribes sólo cuando te viene la inspiración?
Escribo sólo cuando me viene la "necesidad" (yo no lo llamaría inspiración). Por tanto, no le dedico un rato cada día, ni siquiera cada semana o cada mes. Pero trabajar sobre ella, lo hago de forma continua; en perenne rebeldía contra mí mismo. No veo forma de "rematar" un poema y menos, un texto.
¿Qué poetas han dejado en ti una influencia o te han aportado más a la hora de escribir?
No lo sé. Eso quizás lo verán los lectores. Lo que sí puedo decir es que he leído poesía desde que la "descubrí" gracias a D. Antonio Machado. Era en tiempos de estudiante. Después leí a los clásicos en las mejores traducciones que pude. También a todos los grandes de lengua castellana: Pero me quedo sobre todo con Quevedo, Góngora, Lope y Garcilaso… Y más recientes: Neruda, M. Hernández, Vicente Núñez, García Baena y Caballero Bonald.
¿Cómo ves el panorama poético en Córdoba?
Bien; muy bien. No están todos los que son, ni son todos los que están. Pero eso ha ocurrido siempre. Lo importante es que de la cantidad surge la calidad y Córdoba es, ha sido y será siempre " caldo de cultivo" para la poesía. La ciudad es, en sí misma, un poema. Un gran poema
¿Hay algún poemario nuevo en el que estés trabajando o a punto de publicarse y que podamos encontrar pronto en las librerías?
No. Ahora no trabajo. Ahora estoy tanteando la posibilidad de publicar mi último texto inédito: Desde tu orilla. Terminado ya hace más de dos años y que ha sido traducido al árabe. Pero no voy a precipitarme. Quiero que sea una publicación digna.
¿Qué crees tú que es más importante en la poesía, ser capaces de comunicar ideas nuevas o innovar en la forma de construir el discurso poético?
Pues en honor a la verdad, ninguna de las dos cosas son, para mí, importantes. Las ideas pertenecen al logos (razón), tanto en su acepción noética (pensamiento, intelecto, psique...), como en la parlante; es decir en la dia-lógica. Pero si me tengo que decantar por alguna de las dos, me inclino por la segunda; es decir: Por la innovación estética (en la que entraría la poesía visual). Ya que, lo que es el "decir", ya está dicho todo desde los griegos.
Muchas gracias Antonio y muy agradecido por tus palabras.
Nada en absoluto. Todo lo contrario. Llevo años intentando escapar cada vez más de ellas, porque lo considero la antítesis de la poesía. Lo que ocurre es que no puedo cortar de manera drástica. Tengo muchos amigos que me piden colaboración en múltiples actividades y aún no he aprendido a decir NO. Si acaso, lo único que me han aportado siempre es la posibilidad de hacer buenas amistades.
¿Cómo fueron tus primeros pasos en la poesía?
Regresé a Córdoba cumplidos los 30 años allá por el 77 y conecté con los poetas de Zubia, Antorcha de paja y Kábila. Yo tenía ya un libro en preparación que, una vez terminado, lo presente a concurso en Madrid al I Premio Prometeo de poesía para escritores hispanohablantes noveles. Resultó accésit y Manuel de Cesar, coordinador de la colección Polifemo aquí, en Córdoba, se enteró por la prensa y me lo pidió para publicarlo. Así empezó todo.
¿Qué importancia tiene en tu vida la poesía?
Pues lo es todo y no es nada. La odio en la medida que la necesito. Me tiene atrapado. Si pudiera prescindiría de ella. Es la única droga que me ha vencido. Por ahora...
¿Cuál debe ser la función de la poesía si es que debe tener alguna función?
Poíesis (la poesía) es un hacer con palabras. Un modo -igual que otro cualquiera- de obrar en las cosas; tan igual como el del artesano del barro, de la madera o del metal. Poietés (el poeta), utiliza las palabras como herramienta, y el resultado, tà poiémata (los poemas), son algo muy distinto de ellas. No hay "lógica" (intelectiva) en la función "productora" (poíesis) del poeta. La lógica compete al discurso de la Ciencia. La poesía no demuestra; sólo muestra. Los poetas no presentan realidades, sino que muestran interpretaciones de la realidad. Y en esa mostración está su grandeza.
De tus poemarios publicados ¿con cuál te identificas más o con cuál de ellos crees que has dado un paso más allá en tu manera de concebir la poesía?
De lo publicado, me quedo con el Diccionario del vino. Pero el "paso más allá", siempre está en lo último en que se trabaja.
¿Cómo trabajas la poesía? ¿Dedicas un rato cada día o escribes sólo cuando te viene la inspiración?
Escribo sólo cuando me viene la "necesidad" (yo no lo llamaría inspiración). Por tanto, no le dedico un rato cada día, ni siquiera cada semana o cada mes. Pero trabajar sobre ella, lo hago de forma continua; en perenne rebeldía contra mí mismo. No veo forma de "rematar" un poema y menos, un texto.
¿Qué poetas han dejado en ti una influencia o te han aportado más a la hora de escribir?
No lo sé. Eso quizás lo verán los lectores. Lo que sí puedo decir es que he leído poesía desde que la "descubrí" gracias a D. Antonio Machado. Era en tiempos de estudiante. Después leí a los clásicos en las mejores traducciones que pude. También a todos los grandes de lengua castellana: Pero me quedo sobre todo con Quevedo, Góngora, Lope y Garcilaso… Y más recientes: Neruda, M. Hernández, Vicente Núñez, García Baena y Caballero Bonald.
¿Cómo ves el panorama poético en Córdoba?
Bien; muy bien. No están todos los que son, ni son todos los que están. Pero eso ha ocurrido siempre. Lo importante es que de la cantidad surge la calidad y Córdoba es, ha sido y será siempre " caldo de cultivo" para la poesía. La ciudad es, en sí misma, un poema. Un gran poema
¿Hay algún poemario nuevo en el que estés trabajando o a punto de publicarse y que podamos encontrar pronto en las librerías?
No. Ahora no trabajo. Ahora estoy tanteando la posibilidad de publicar mi último texto inédito: Desde tu orilla. Terminado ya hace más de dos años y que ha sido traducido al árabe. Pero no voy a precipitarme. Quiero que sea una publicación digna.
¿Qué crees tú que es más importante en la poesía, ser capaces de comunicar ideas nuevas o innovar en la forma de construir el discurso poético?
Pues en honor a la verdad, ninguna de las dos cosas son, para mí, importantes. Las ideas pertenecen al logos (razón), tanto en su acepción noética (pensamiento, intelecto, psique...), como en la parlante; es decir en la dia-lógica. Pero si me tengo que decantar por alguna de las dos, me inclino por la segunda; es decir: Por la innovación estética (en la que entraría la poesía visual). Ya que, lo que es el "decir", ya está dicho todo desde los griegos.
Muchas gracias Antonio y muy agradecido por tus palabras.
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